En el marco del segundo día del CADE 2018, Eduardo Torres Llosa, CEO de BBVA, señaló que la entidad bancaria aguarda del 2019 un año “más alegre” en términos de inversión privada y operación.
Tras algunos años donde la demanda estuvo contraída y se produjo excesos de capacidades instaladas en las empresas sector privado, la mayoría de industrias lograrían revertir la situación, retomando proyectos de inversión.
Según comenta, lo dicho encontraría respaldo en los últimos cuatro trimestres, donde la demanda interna registró resultados positivos. Las proyecciones que auguran que este cuarto trimestre tendrá un panorama positivo, también alienta esta idea.
Por otro lado, consultado sobre las tasas de intereses, Eduardo Torres indicó que, actualmente, las tendencias se encuentran al alza, producto de las actualizaciones realizadas por la FED, y la situación seguiría en el 2019, pero no se podría precisar cuánto ascenderían.
“¿Cuánto va a subir? Es una respuesta difícil porque depende del nivel al que suba las tasas la FED y del entorno competitivo en la banca. Lo que nosotros esperamos es que las tasas [de interés] suban de forma muy paulatina”, indicó.
PROCESO DE DIGITALIZACIÓN
Según menciona Eduardo Torres Llosa, la entidad bancaria ha tomado el proceso de transformación digital como un cambio cultural que abarca tanto a los servicios que ofrecen como al funcionamiento de su organización.
“No concebimos la transformación digital como algo tecnológico, sino como un tema cultural y de mentalidad”, explicó.
En un contexto donde los consumidores, en este caso los clientes financieros, se encuentran cambiando constantemente, el CEO de BBVA precisó que uno de sus focos está en recepcionar constantemente las oportunidades de mejora que encuentran sus clientes.
Algunas de las cifras que registra el BBVA, tras incursionar en el proceso de digitalización, es haber aumentado de 0% a 30% la cantidad de sus productos que se ofrecen por la plataforma virtual; así como también reducir de 50% a menos del 7% el número de operaciones registradas en oficinas bancarias, en un período de nueve años.
“El cliente peruano está asimilando la digitalización de forma exponencial”, finalizó.