El premio Nobel de Química Mario Molina advirtió hoy de que los principales gobiernos mundiales no se están tomando en serio el calentamiento global, problema que, de no atajarse, podría conllevar incluso la desaparición del Amazonas.

Ya hay cambios muy preocupantes como los episodios extremos de inundaciones, sequías y los grandes huracanes, aseguró Molina, que confía en que la sociedad reaccionará a tiempo.

El físico atmosférico mexicano recordó que uno de los compromisos alcanzados en la Cumbre del Clima de Copenhague de 2009 fue evitar que la temperatura media del planeta aumentara por encima de 2 grados celsius en 2050, lo que en su opinión no se está cumpliendo, porque ya ha subido un grado.

El acuerdo lo firmaron Estados Unidos y China, y quizá no lo estén desarrollando por miedo a la pérdida de competitividad económica, pero el aumento es un hecho y el clima ya está cambiando, indicó.

UNANIMIDAD ENTRE LA COMUNIDAD CIENTÍFICA Molina, galardonado con el Nobel en 1995, asegura que la opinión de la comunidad científica al respecto es unánime, por mucho que se quiera dar una imagen de división entre los expertos, que únicamente discrepan sobre si la temperatura se elevará de 3 a 5 grados o de 6 a 7 antes de que finalice este siglo.

Ello, a pesar de que ayer paleontólogos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) aseguraran que las selvas tropicales prosperaron bajo condiciones de efecto invernadero en Sudamérica durante anteriores procesos de calentamiento global, y deberán hacerlo en el futuro,

Según pronostica el Nobel, a corto plazo, el calentamiento provocará sequías e inundaciones más acentuadas, aumento de los incendios forestales y de las olas de calor.

A largo plazo, las consecuencias pueden ser extremas: desaparición del Amazonas y una gran elevación del nivel del mar.

Con sólo un 20 o un 30% de posibilidades de que esto suceda, el riesgo ya es enorme, por lo que los gobiernos no pueden quedarse sin hacer nada.

IMPUESTO SOBRE EMISIONES A su juicio, la medida más directa de aplicar es un impuesto generalizado a las emisiones de dióxido de carbono otras formas más modestas serían el empleo de luces fluorescentes en lugar de incandescentes, aumentar el aislamiento de las viviendas y mejorar la combustión de los automóviles.

Sin embargo, ni las potencias económicas ni la sociedad tienen incorporado este problema a sus preocupaciones inmediatas.

No obstante, Molina es optimista y cree que los ciudadanos reaccionarán finalmente y entonces sus gobiernos adoptarán las medidas necesarias.