Una reciente investigación sugiere que los saurópodos, característicos por su cuello alargado, no tenían esta estructura tan flexible como se había propuesto hasta ahora.

Para comprender como era el movimiento de los dinosaurios de cuello largo como el Diplodocus, un equipo de investigadores analizó los movimientos del cuello de avestruz.

Estos animales prehistóricos no podían doblar sus cuellos en ángulos amplios, ni moverlas desde el suelo a las copas de los árboles, como se había propuesto anteriormente, según sugieren los resultados del estudio publicado en la revista Plos One.

PLANTEAMIENTOS ERRÓNEOS Desde que los saurópodos fueron descubiertos se inició el debate sobre la utilidad de los cuellos tan largos (hasta 15 metros) que los caracterizaban.

Los científicos habían planteado que estos dinosaurios vegetarianos mordisqueaban las plantas que crecían en el suelo, mientras que otros pensaban que eran animales que pastaban en las copas de los árboles.

Se llegó a la conclusión de que estos gigantes tenían los cuellos flexibles para poder girarlos y comer todo lo que tenían al alcance antes de tener que mover el cuerpo, una medida de ahorro de energía para estas enormes bestias.

Pero Mateo Cobley, paleontólogo de la Universidad de Utah, y sus colegas tenían dudas al respecto.

AVESTRUCES El equipo escogió al animal con el cuello proporcionalmente tan largo y de estructura similar al de estos dinosaurios: el avestruz.

Se analizaron el cartílago y el tejido blando en los cuellos de estas aves y se encontró que estos tejidos reducen la flexibilidad global del cuello. Ninguno estudio previo había analizado los efectos de los tejidos blandos en la flexibilidad del esqueleto del cuello, según el informe.

Sin embargo, Matthew Wedel, paleontólogo de la Western University of Health Sciences, California, que no participó en el estudio, dejo que el avestruz no puede ser la analogía perfecta para los dinosaurios de cuello largo, ya que estas aves caminan sobre dos piernas y los saurópodos caminaban en cuatro.

Además, los avestruces rebotan un poco las cabezas al caminar, y ese no podría ser el caso de los dinosaurios, según Wedel, para quien se debería analizar otro tipo de animales, como las jirafas.