Su nombre es Kali. “Como la diosa hindú del tiempo y la muerte”, nos comenta vía mail Jacques-Olivier Travers, director del parque Les Aigles du Léman. Se refiere a aquella hembra de cóndor andino nacida en cautiverio el viernes. Un extraño suceso.

La pequeña tiene apenas cuatro días de nacida y se ve sana. En la imagen que acompaña la nota, pueden ver a la cría con finas plumas blancas en las alas. Nadie pensaría que Kali, como la diosa hindú del tiempo y la muerte, será un animal de 2,70 metros de envergadura, como mínimo. El ave no marina de mayor envergadura del planeta. Nada menos.

“Estamos muy orgulloso”, dice Travers como un padre que hincha el pecho. El director de este parque ecológico de Grenoble, Francia, ha calificado esta obra de la madre naturaleza que nació con 160 gramos de peso como un “excepcional evento”.

Según informó la agencia AFP, en la actualidad se cuentan alrededor de unos 10.000 ejemplares en América del Sur y desde 1990 registró 65 nacimientos de en cautiverio.