Los mosquitos portadores del parásito de la malaria se sienten mucho más atraídos por el olor de los seres humanos que los mosquitos que no están infectados.

Esta es la conclusión a la que llegó un equipo de investigadores liderado por la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM, por sus siglas en inglés), que publicó el resultado de sus estudios en la revista Plos One.

Según los científicos, en los mosquitos infectados la atracción por el olor humano llega a triplicarse.

Este incremento, dicen los expertos, se debe a que los parásitos toman el control de sus anfitriones y estimulan su sentido del olfato.

Una cosa que siempre me sorprende sobre los parásitos es lo inteligentes que son. Son organismos que están evolucionando constantemente y siempre están un paso más adelante que nosotros, señaló el doctor James Logan de la LSHTM.

PIES OLOROSOS Para llevar a cabo el estudio, los investigadores infectaron a los mosquitos de la malaria (Anopheles gambiae) con la forma más letal del parásito, Plasmodium falciparum.

Luego, introdujeron cera de 100 de estos mosquitos en un frasco junto con algunas medias de nailon que habían sido usadas durante 20 horas por un grupo de voluntarios.

Es una manera muy efectiva de recoletar olor corporal. El olor puede permanecer activo por varios meses, explicó Logan.

Los científicos repitieron el experimento con insectos no infectados

Así, descubrieron que los mosquitos que portaban el parásito letal se sentían atraídos tres veces más a las medias olorosas, porque los parásitos habían logrado manipular su sentido del olfato.

Los investigadores creen que los mosquitos anfitriones sufren una alteración en alguna parte de su sistema olfativo que les permite detectar a las personas con más rapidez.

TÉCNICAS PARA ATRAPARLOS Al convertir al ser humano en un blanco fácil, es más sencillo para el parásito ingresar en su corriente sanguínea y asegurar su supervivencia, y la transmisión de esta enfermedad mortal.

Ahora, los investigadores comenzarán a trabajar en un proyecto de tres años para tratar de entender cómo los parásitos logran controlar el olfato de su anfitrión.

Entender cómo los mosquitos con malaria responden al aroma de las personas, dice Logan, podría contribuir enormemente a la lucha contra la enfermedad.

Si nos damos cuenta cómo el parásito logra manipular el sistema olfativo, quizá podamos identificar nuevos olores que atraigan a los mosquitos infectados y mejorar las técnicas para atraparlos.

Según las cifras más recientes de la Organización Mundial de la Salud, en 2010 se registraron alrededor de 219 millones de casos de malaria y 660.000 muertes por causa de esta enfermedad.

El continente más afectado es África, con el 90% de las muertes.