La posición de delantero es la más compleja, y en la élite, la más difícil de cubrir, lo que explica notoriedad y sueldo. Y si bien las innovaciones tácticas han redefinido la posición de 9 de manera dramática en los últimos 20 años, a tal punto que hoy se exigen atributos que antes no se exigían, como marca o versatilidad, su primera responsabilidad sigue siendo anotar.
En el fútbol internacional hay un puñado que pueden competir por cuál es el mejor: entre los veteranos, Cristiano Ronaldo, Karim Benzema, Harry Kane, Robert Lewandoswki y Lionel Messi; entre los jóvenes, Kylian Mbappé y Erling Haaland, sin competencia. El último acaba de fichar por el Manchester City.
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Los números del noruego con el Borussia Dortmund pueden dar cuenta de cuán letal es: 85 goles en 88 partidos da un ratio de 0.97, una estadística marciana en una liga de primer nivel. En su anterior club, el Salzburgo de Austria, superó incluso el gol por partido; con su selección queda muy cerca: 0.88. ¿Cómo es posible mantener una estadística tan alta, de manera consistente, durante tanto tiempo y a tan corta edad?
Haaland reúne varias características que normalmente no convergen en un solo crack. Por ejemplo, reúne tamaño y velocidad a la vez. Mide un 1.94 m y pesa 88 kg, lo que hace evidente que domine el juego aéreo. Menos usual es que con esas medidas sea capaz de alcanzar los 36 km/h, una velocidad que lo sitúa entre los delanteros más rápidos del mundo. Si los aficionados peruanos desean tener una referencia, es el mismo récord que ostenta Luis Advíncula.
Dicho esto, es dentro del área donde destaca. Es el delantero que más convierte en contraposición a lo que se espera, una fórmula que utilizan los analistas para medir la eficacia de los goleadores. Es un zurdo de técnica perfecta, pero define con derecha sin problemas y aprovecha su estatura para un cabeceo exquisito. En términos posicionales no se queda atrás: Haaland logra disparar de 3 a 4 tiros al arco por partido en zona de área chica, casi en el punto de penal, lo que indica una gran capacidad para estar en el lugar correcto en el momento justo.
Ninguna de estas estadísticas, sin embargo, da cuenta de valores subjetivos, los más difíciles de mesurar: explosión, gravedad, oportunismo, efecto en los defensas rivales, etc. Las ocasionales acrobacias que utiliza para definir, así como el espacio de crecimiento y madurez que le falta transitar, permiten imaginar al delantero dominante que será de aquí a 3 o 4 años bajo la dirección correcta.
Con Guardiola, en el Manchester City, la tendrá. El entrenador español se ha llevado a una de las dos joyas que se podían contratar en este fin de temporada. Cómo lo aprovecharán Sterling, Mahrez, Foden, Gundogan y De Bruyne es materia de sueño y fantasía. Ahí donde Gabriel Jesús ha sabido ser un jugador de 15 goles por temporada, Haaland podría alcanzar su pico de rendimiento en una liga que favorece el ataque y celebra el intercambio. La elección del noruego no ha sido gratuita: su padre, Alfie, jugó en Premier League, precisamente en el City, pero fue lesionado intencionalmente por Roy Keane en un clásico contra el United que, en la práctica, lo obligó a retirarse de manera prematura.
Por ello, para Erling el viaje a Inglaterra tiene mucho de reivindicación familiar y no poco de reto: mientras él busca conquistar Inglaterra, su par generacional, Mbappé, de seguro buscará tomar por asalto España. No es una novedad que ambos son los llamados a liderar el fútbol de la próxima década y, a la manera de Cristiano y Messi, son las únicas estrellas que resisten mutuamente una comparación.
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