Zinedine Zidane, siempre vinculado a lo mágico del fútbol, sabe que un truco que no puede fallar es proyectarse con sabiduría al tiempo futuro. Su Real Madrid tuvo un primer tiempo de eficacia máxima y un complemento de aguante, mirando de reojo su próximo partido de Champions ante Liverpool. El cuadro merengue se impuso 2-1 en un decisivo clásico al Barcelona en otra exhibición de contundencia. La realeza de este cuadro español ahora se forja desde su devoción permanente por el gol.
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Con esta victoria, el Real Madrid escala al primer lugar de la liga española. Pero este equipo de Zidane no quiere volver a contentarse con una vuelta olímpica en casa. La ambición y el instinto de grandeza no se ha perdido. Por eso Zidane, en la hora más caliente del encuentro, tuvo la entereza de sacar a sus delanteros de peso como Vinicius y Benzema para guardar algo de combustible y llegar con sus mejores cartas al partido de vuelta del miércoles, por los cuartos de la Champions, ante el Liverpool inglés.
Como en sus mejores tiempos con el Madrid, Zidane recuperó la fortaleza de su volante y ha nutrido de confianza a sus delanteros. Este Madrid no pasó por encima al Barza, el partido fue de ida y vuelta en los noventa minutos. La diferencia estuvo en la precisión de jugadores como Benzema, Kroos y el apetito creciente de Vinicius Jr. en el área. Al igual que en el partido de ida con el Liverpool, este Real evidencia crecimiento por la capacidad que ha ganado para aprovechar sus oportunidades de gol.
No ocurrió lo mismo con este Barza dinámico, veloz, aunque con menos puntería y con menos ideas para resolver cerca del arco rival. Ni Dembelé ni Pedri estuvieron iluminados con esa importancia de decidir bien en la última línea. Tuvo que ser, por enésima vez, Messi el que intente con gambetas, con talento y con balón parado. La primera oportunidad clara de gol del Barza fue un palo tras un tiro libre de Lionel.
-La trilogía ganadora-
El Real Madrid tiene posibilidades en la liga española y en la Champions porque la inspiración de Benzema sigue alcanzando picos admirables. El francés anotó el primer gol del partido a los 13′. El servicio rasante de Lucas Vázquez exigía un movimiento sorpresivo y el ‘Gato’ eligió pegarle con el taco. Sublime momento en el estadio Alfredo Di Stéfano.
Otra vez se confirmó que el Barza aún puede padecer lagunas preocupantes. Y la calamidad los acompaña por ratos como en ese tiro libre de Kross, que rebotó en Pedri y después en Alba. El 2-0 no era el reflejo fiel de lo que veíamos en el campo. La eficacia distanció al Real. Así de simple.
La volante del Madrid ha recuperado a esa trilogía que a veces ronda el concepto de fútbol total: Casemiro (que fue expulsado al final), Modrid y Kroos. Ese mediocampo que corre por el campo con el señorío de quien baila un vals, pasó por encima a una zona media ‘culé’ donde De Jong y Busquets nunca terminaron de ubicarse bien. Por ratos parecía que jugadores como Lenglet o Dest asumían la responsabilidad de la conducción ante el extravío del neerlandés y del ‘5’ de la selección española.
A pesar de todo eso, el Barcelona empujó hasta el cierre. Descontó a través de Mingueza, discutió un penal a Braithwaite y casi alcanza el 2-2 con un disparo de Moriba que pegó en el travesaño.
Es un día festivo para el Madrid que aparece primero en la tabla de la liga española. Los merengeues tienen 66 puntos al igual que el Atlético de Madrid, que hoy enfrenta al Betis. El Barcelona es tercero conm 65 unidades. Es un momento pico de alegría para el Real, sin embargo, Zidane no quiere perder de vista la Champions League. El francés, en plena tarde de lluvia tremenda en Madrid, ahora piensa en otro diluvio. En todos esos títulos que pueden caer en sus manos.
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