Hubo tiempo en el que escuchar el apellido Gareca no era asociado a tanto éxito, y menos por los hinchas aliancistas. Eran mediados de 1998 y Universitario ya había ganado el Apertura y los íntimos necesitaban reaccionar para buscar el bicampeonato nacional. Y la directiva blanquiazul pensó en el argentino Facundo Gareca para reforzar su ataque.
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Facundo Gareca era un atacante que provenía de Arsenal de Sarandí de la segunda división de Argentina y llegó en agosto de ese año a La Victoria justo cuando Waldir Sáenz ya había emigrado a la MLS y David Chévez negociaba su pase al Aris de Grecia. El entrenador colombiano Édgar Ospina no quería quedarse sin armas y aceptó la llegada
Tres goles en uno de sus primeros partidos de prácticas parecían ilusionar a la afición victoriana, pero su cuota parece que se quedó ahí. Para el Clausura tenía que pelear el puesto con Miguel Asprilla, ‘Loverita’ Ramírez, Claudio Pizarro, Roberto Silva, e incluso con Aldo Cavero y Pedro Ascoy.
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“Hay una situación notoria, la de los goles perdidos, pero tampoco hemos alcanzado aún ciertas sincronizaciones de movimientos en defensa y ataque”, declaró en su momento Ospina sobre las carencias en su oncena. En un plantel de 33 jugadores no encontraba muchas soluciones en ofensiva. Sobre el argentino Facundo Gareca, el técnico aliancista señaló que atravesaba por un proceso de adaptación. “Es un jugador de área, un delantero neto, mientras que Alianza Lima, por encima de todo, es un equipo en donde todos defienden y atacan. En la medida que lo sepamos aprovechar y él sepa aportar al equipo va a ser importante”, declaraba sobre el argentino.
Gareca debutó en un amistoso ante Bolognesi en Tacna donde “se le notó muy empeñoso”, según El Comercio. Luego llegó Sport Boys por el Clausura y un “pobre debut oficial”, hasta llegar a ser calificado de “improductivo”. Casi ni jugaba y pasó dos meses, entre octubre y noviembre sin ser titular, hasta reaparecer en un partido ante Lawn Tennis en diciembre porque Silva estaba lesionado y Pizarro suspendido.
“Esa porquería de Gareca no hubiera jugado en Alianza”, dijo Cornelio Heredia sobre el paso del argentino, según recuerda el portal “dechalaca”.
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BENDECIDO DEL GOL
Solo marcó tres goles en el torneo local: dos en el Clausura y uno en el play off para la Copa Conmebol ante Boys. Quizá es más recordado el tiro libre que anotó en el pórtico de Universitario que defendía Óscar Ibáñez, en setiembre de ese año. Quizás ese tanto fue la razón de que asegurase su presencia hasta fin de año –se habían ido Aldo Cavero y Lino Morán-.
Un día antes del clásico, Ospina llevó a un pastor para que bendiga al plantel. No llegaban en buena racha, así que todo sumaba para la motivación del equipo. “Le dije a Gareca que tenía que meterla porque nos estaban pifeando”, bromeó Ospina sobre ese tanto. Esa tarde el cuadro íntimo venció 1-0 y Gareca se encargó de romper la racha de cuatro 0-0 de manera consecutiva que se habían dado en Matute desde el 6-3 de 1995.
Lo curioso de ese gol fue que Gareca lo hizo en su primer toque de balón. El partido era muy peleado sin goles a la vista hasta el minuto 77, que una falta cerca del área le permitió a los íntimos sacar ventaja. Pero el cobro iba a ser ejecutado por Frank Ruiz, pero Ospina decidió realizar un cambio: ingresó Gareca en reemplazo de Silva, que por talla era un arma importante en esas pelotas paradas. Las pifeas no se hicieron esperar del público para el número 19.
Sin embargo, el argentino no defraudó. Acomodó el balón y con un disparo bajo superó por afuera a la barrera crema para colocarse en el palo izquierdo del arco sur de Ibáñez. “Los goles que van por encima de la barrera son mérito de quien patea el tiro libre, los que van por abajo son responsabilidad del arquero", aceptó Ibáñez en ese momento.
“En el gol le dije a Facundo (Gareca) que entrara y pateara el tiro libre. Le recordé que tenía toda mi confianza, que lo había traído para situaciones como esta y que por eso me diera una alegría. El muchacho respondió, sí señor", bromeaba al respecto Ospina por su arriesgada decisión.
“La orden de Ospina fue que meta el gol. Estuve esperando más de un minuto hasta que hicieron la falta”, contó hace unos días el jugador al diario “Líbero”.
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Su segundo gol también fue de tiro libre, ante Lawn Tennis que tenía al ‘Gato’ Purizaga en el arco. Mientras, que en la Copa Merconorte también celebró con su doblete ante el Barcelona de Guayaquil en Lima. El tercer tanto de Gareca se dio en la definición ante Boys por un cupo en la Copa Conmebol. Recibió un pase de Pizarro y con remate cruzado marcó el 2-0 en el duelo de vuelta que sentenció.
Así acabaron los cuatro meses de Gareca en Alianza. El cuadro íntimo no renovó contrato con ninguno de sus extranjeros, por lo que dijeron adiós Aspilla, Ribeiro y Gareca. Su carrera siguió hasta que se retiró en el 2011 para luego iniciarse como asistente técnico. Hasta el año pasado trabajaba en Arsenal de Argentina.
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