Patea, grita, celebra, baila y clava la mirada a ese banco que era su casa hace unos meses y hoy son sus archienemigos declarados. Alejandro Hohberg sabe más que nadie lo que es jugar y -sobre todo- ganar un clásico. De blanquiazul antes, crema hace poco y hoy de celeste, el ‘Enano’ se crece en estos partidos de la Liga 1 en los que la pólvora que corre por la cancha se gatilla entre roces, amarillas, penales, polémicas y goles. Cristal 1-0 Universitario. Pintaba para un partidazo, terminó siendo un patadón.
Lo ganó Cristal porque se encontró el gol rápido, lo que no tuvo ante Sao Paulo y replegó fuerzas para visitar a Racing el jueves. Lo perdió Universitario porque con el marcador abajo no tuvo la rebeldía efímera que presentó ante Palmeiras, se vio obligado a generar aún cuando le cuesta muchísimo y ahora viajará con más obligaciones para verse con el intenso Defensa y Justicia por la Copa Libertadores.
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Goles y golpes
No se agarraron a las piñas, pero poco faltó para que se tiren hasta papayas, melones y zapallos encima. Muy clarito desde el saque que era el partido más interesante de este semestre en la Fase 1. Cordialidad de Carvallo con Christofer para la foto en la misma salida de los túneles en la que Alonso ni volteó a ver a Calcaterra. Y mientras otros más amagaban el saludo protocolar, en la zona técnica entre Comizzo y Mosquera hubo más que distanciamiento social.
Con ambiente de Guerra Fría, Universitario arrancó intentando algo que ni se propuso contra Palmeiras: jugar y atacar. Y como Cristal dio tres pasitos hacia su área, no fue casualidad que sus dos primeros en el arco merengue sean robando el balón en el mediocampo y provocando un contraataque que terminó en las manos de Carvallo.
En ese tira y afloja que iba perdiendo intensidad en los primeros 15′, llegó el penal para Cristal. Un córner con exceso de forcejeo fue suficiente motivo para que el árbitro Michael Espinoza cobre la falta que generó dudas. Alonso derribó a Merlo, pero la amarilla se la ganó Valverde.
Ahí apareció el héroe celeste y el enemigo crema (en diciembre, en la final, era el revés). Yo pateo, le dijo Hohberg señalándose el pecho a Riquelme. Cogió el balón y cumplió la ley del ex, se olvidó de su reciente pasado estudiantil y lo gritó a toda voz para dedicárselo a Lucas, su hijo recién nacido. Miró a la cámara y bailó, y cuando pasó por delante de Comizzo lo fulminó con mirada de francotirador.
El ‘Indio’ no se había quedado callado mientras se cobraba la pena máxima. “Dije, yo dije, a los dirigentes que no pongan a Espinoza, les dije, si cobra mil penales”, vociferaba. Y cuando vio vencido su arco, miró a Carvallo y tiró. “José, si siempre patea a ese lado”.
El gol y las palabras de Comizzo calentaron más a Hohberg, quien en la siguiente jugada entró con fiereza a Quintero y vio la tarjeta amarilla. El partido se iba caldeando más y más. Solo en el primer tiempo, toda la garrúa charrúa de la ‘U’ fue amonestada: Novick, Urruti y Alonso. Del lado rimense, González no se quiso quedar atrás de sus compatriotas y también fue pintado de amarillo.
A pesar de las fricciones y los intercambios verbales en los bancos, los arqueros fueron lo mejor del primer tiempo. Carvallo sacó un disparo de Calcaterra, y Solís apareció dos veces para salvar su arco. Primero con un centro demasiado largo de Urruti, y luego, con una estirada felina tras patadón de Murrugarra.
Cristal seguro, Universitario perdido
La amarilla y la carga de Olivares encima hicieron que Comizzo saque a Valverde y ordene el ingreso de Diego Chávez para que la ‘U’ gane profundidad por derecha y seguridad por izquierda con Corzo. Aún así, Cristal siguió demostrando la templanza de la primera etapa para contener, desplegar e intentar generar peligro.
Lo mejor de la ‘U’ llegó con el caos que provocó cerca al área de Cristal. El mismo empujón desordenado que llevó al empate contra Palmeiras casi permite el 1-1 cuando Quintero combinó con Urruti y dejó mano a mano a Gutiérrez. El argentino sacó un zurdazo que pasó pegadito al arco de Solís.
Los cremas siguieron intentando con el mismo argumento. Se vio chispazos de Novick, entrega de ‘Chiquitín’, esfuerzos de Gutiérrez, pero nada alcanzó. Encima Mosquera se apuró en sacar a Hohberg y Olivares para darle ingreso a sus extremos titulares -Corozo y Avila- para intentar el contraataque como respuesta en la cancha.
Los cambios no frenaron las intenciones de la ‘U’, que arremetía como podía, que llegaba al fondo de la cancha, pero no lanzaba un buen centro a la cabeza de Gutiérrez o que esperaba que Quintero se convierta en Maradona a 20 metros del área.
Cristal, bien replegado, hizo la movida final para asegurarse el marcador. Castillo por ‘Canchita’, Pretell por Calcaterra y Loyola por Távara. La línea de cinco hizo imposible que la ‘U’ llegue al empate. Apenas una chalaca improvisada de Novick volvió a mostrar los reflejos seguros de Solís.
El tiempo, como en la Copa, volvió a ser el compañero traicionero de Comizzo, que metió a Valera y al juvenil Larios a falta de 3 minutos. Un remedo de lo que fue la final en diciembre pasado, con los cremas poniendo el corazón donde a la cabeza no se le caía ni una idea.
Cristal, en cambio, solo tuvo que ser sobrio, correctito, ajustado, aunque abusó de las faltas 24 sobre 13 de su rival, y 4 amarillas (Merlo, Madrid, Távara, Loyola) en el complemento. Esperó el pitazo final y celebró seguir en racha -al menos- en la Liga 1. Es líder del Grupo B con capote de cinco victorias. Ahora, el reto es levantar el paso en la Libertadores, su verdadera obsesión.
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