“No es grande aquel que no falla, sino el que nunca deja de luchar”, dice un cartel que agarran dos niñas en la tribuna occidente preferencial del Polideportivo de Villa El Salvador. Llevan la camiseta de Alianza Lima puesta y vibran con cada punto del equipo íntimo. Y no hizo falta que las jugadores de Alianza lo hayan leído -lo más probable que sí-, pero es lo que se notó en Alianza, otra cara dispuesta a batallar por el título de la Liga Nacional de Vóley.
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Alianza Lima venció 3-0 (25-18, 25-22 y 25-22) a la San Martín, en la segunda final de la Liga Nacional Superior de Voley, y forzó un extra game que se jugará el próximo 28 de abril, en el que no habrá margen de error para ninguno.
El triunfo íntimo, que el viernes había perdido 3-2 de manera increíble, se explica desde el corazón de Esmeralda Sánchez, la tranquilidad y calidad de Marina Scherer, y la potencia en el mate de la francesa Maeva Orlé, elegida la figura del partido por la organización -para la TV fue Esmeralda-. Y también, claro está, en el jugador número siete: su hinchada. Porque el Polideportivo, que se tiñó de azul y blanco, fue por un momento Matute, la casa de la institución victoriana.
Solo así se puede explicar cómo las dirigidas por Gaspar Vicuña (tomó el mando del equipo tras la suspensión del entrenador Rafael Petry por el conato de bronca la final del primer encuentro) avasallaron en el primer set a las santas. Y luego, en el segundo set, cuando iban abajo en el marcador, supieron remontar.
La cara de este Alianza es totalmente distinta a la que mostró en la primera final. Este es un Alianza más contundente, que sabe cerrar los partidos, no como en el primer duelo que perdió el quinto set tras ir ganando 14-11.
Y es el equipo que lucha, por eso Esmeralda no duda en lanzarse sobre el ‘muro’, chocar con la cámara de TV pero salvar el balón. O ver a Marina tirarse aún raspando su rodilla contra el piso porque se le salió la rodillera para salvar la jugada. En ambos casos el punto terminó siendo para la San Martín, pero el hincha celebró lo hecho por sus jugadoras. Es Alianza y su corazón
Porque el hincha cree y las chicas también. Por eso Marina besa la medalla que cuelga en su cuello luego de anotar un punto y Aixa Vigil se encomienda igual antes de realizar un saque. Por eso en la tribuna, el hincha cierra los ojos cuando el balón cae en el piso íntimo.
Todo es alegría en las íntimas. Maricarmen Guerrero se toma fotos con los hinchas, Esmeralda Sánchez es ovacionada a su salida del Polideportivo y el hincha íntimo celebra y se ilusiona, sueña. Tiene razones, claro. No solo vencieron a San Martin y forzaron el extragame, sino que llegarán a la cita final después de cortarle la racha invicta a las santas de 23 partidos. Son las únicas que las vencieron esta temporada. Y, mejor aún, demostraron ser superiores.
Y se viene un tercer partido, el definitivo. Y no es que sea un borrón y cuenta nueva. Si no será la suma de toda una temporada en la que Alianza ha demostrado su corazón y la San Martín su fe, la de ser la mejor durante todo el torneo pero que en la final se ha topado con las blanquiazules que buscan su primer título.
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