Según el reciente ránking de competitividad mundial 2021, elaborado por el Institute for Management Development (IMD), el Perú se sitúa este año en el puesto 58 de un total de 64 economías en el ámbito global (su peor posición en los últimos cinco años). El año pasado, en tanto, se ubicó en el 52.
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Las brechas de competitividad del país no solo son evidentes al compararlo en un contexto internacional, sino también al analizar el desempeño de las distintas regiones que lo forman. En ese sentido, por noveno año consecutivo, el Instituto Peruano de Economía (IPE) presenta los resultados del Índice de Competitividad Regional (Incore 2021), que ofrecen una lectura detallada sobre las diferencias en la capacidad que tiene cada una de las 25 regiones del país para crecer y mejorar su bienestar sostenidamente en el mediano y largo plazo.
Brechas persistentes
Tal como viene ocurriendo desde la primera edición del Incore, los resultados del 2021 confirman el liderazgo de Lima Metropolitana y Callao como la región más competitiva del país. A pesar de haber sido una de la más golpeadas por la pandemia, la capital ha logrado situarse entre las tres primeras posiciones en 22 de las 40 variables que evalúa el Incore. Incluso el incremento registrado en la tasa de partos institucionales –de 95% a 98%– le permitió recuperar la primera ubicación en el pilar de salud.
Acompañando a la capital en el top 5 del ránking, se encuentran las regiones de la costa sur: Moquegua, Tacna, Arequipa e Ica. En la edición del 2021, este grupo de regiones alcanzó casi el doble del puntaje promedio obtenido por las cinco menos competitivas del país, lo cual mantiene la brecha registrada en el Incore 2020.
Pese a su buen resultado agregado, las cinco regiones que lideran el Incore 2021 aún exhiben oportunidades de mejora en el ámbito institucional. Un ejemplo es Ica, que retrocedió 12 posiciones en el pilar de instituciones al puesto 23, como consecuencia de una caída de más de veinte puntos porcentuales en la tasa de ejecución del presupuesto destinado a inversión pública de los tres niveles de gobierno en la región.
En el extremo inferior del ránking, la región menos competitiva del país, por quinto año consecutivo, fue Huancavelica. Si bien su bajo desempeño en el Incore 2021 es generalizado –se encuentra entre los últimos cinco lugares en la mitad de los indicadores evaluados–, la región posee el mayor rezago en el pilar de infraestructura, donde registra la menor cobertura de servicios de telefonía e Internet móvil en el ámbito nacional. Junto con Huancavelica, se encuentran en el quinto inferior del Incore 2021 regiones de la sierra y selva como Loreto, Puno, Huánuco y Cajamarca.
Cambios regionales
Frente a la posición obtenida en el 2020, diez regiones de las 25 analizadas mejoraron su ubicación en el ránking, ocho retrocedieron y siete se mantuvieron sin cambios. Entre los avances destaca La Libertad, que pasó del puesto 10 a ubicarse como la octava región más competitiva del país, favorecida por su avance en los pilares de infraestructura y salud. En este último pilar, registró una mejor capacidad que otras regiones para contener los efectos de las restricciones de movilidad en el proceso de vacunación a menores de 36 meses.
Entre los retrocesos en el ránking se identifican casos como los de Tumbes –que cayó dos posiciones al noveno puesto– y Loreto –que acentuó su rezago y descendió dos ubicaciones para situarse como la segunda región menos competitiva en el ámbito nacional–. Esta última región, por ejemplo, mostró un descenso de una ubicación en el pilar laboral, así como una caída de dos posiciones en el pilar de instituciones.
“En el ránking de competitividad global 2021, el Perú está en el puesto 58, su peor posición en los últimos cinco años”.
Finalmente, resalta que el Incore 2021 da cuenta de un deterioro generalizado del pilar del entorno económico, como resultado de la pandemia. En concreto, las regiones del norte del país muestran la mayor caída de posiciones en el pilar, debido principalmente a la reducción del poder adquisitivo de las familias. En esas regiones, el gasto real por hogar mensual se redujo en 16% en el último año, mientras que en el resto del país la caída fue de 13,7%. Las consecuencias de este deterioro se han materializado en regiones como Tumbes, por ejemplo, que registró el mayor aumento de la tasa de pobreza en el 2020.
Relevancia
La importancia de implementar políticas orientadas a mejorar la competitividad es más evidente en coyunturas como las que atraviesa el Perú a raíz de la pandemia. Por ejemplo, las zonas del país que contaban con mayores niveles de conectividad digital han podido adaptarse mejor a la educación a distancia y, en aquellas regiones donde se registra una mejor calidad de infraestructura, los niveles de vacunación contra el COVID-19 son mayores que en el resto.
Por eso el próximo gobierno deberá apostar por la competitividad como fórmula para sostener el crecimiento del país.
¿Cómo se hace?
El Incore recoge información de 40 variables de fuentes públicas que son agrupadas en seis pilares: entorno económico, infraestructura, salud, educación, laboral e instituciones. El desempeño de cada indicador permite calcular puntajes que determinan el grado de competitividad de cada región frente al resto. En esta edición, los datos utilizados –en su mayoría– incorporan el efecto de la pandemia en la evolución de los pilares de competitividad durante el 2020.
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