Las empresas interesadas en desarrollar la primera planta petroquímica del Perú están pendientes del proyecto de ley que alista el Ministerio de Energía y Minas (Minem) para impulsar esta iniciativa de más de US$2.000 millones.
Se trata de un marco jurídico que capta “los aportes e inquietudes” de los interesados, según expresión vertida por la viceministra de Hidrocarburos, Iris Cárdenas, en una reunión sostenida semanas atrás con las tres empresas que han seguido más de cerca el proceso.
Es el caso de la australiana Orica, de la chilena Enaex y de la colombiana Empresa Antioqueña de Fertilizantes (Eafer), grupo que busca asociarse con uno peruano y otro chino para tentar con más fuerza la costosa iniciativa.
Todos ellos están a la espera de la norma que el Minem prometió publicar hacia fines de setiembre.
“Se necesita la publicación de esta norma para viabilizar una tarifa especial para la petroquímica y la agilización de los permisos (de construcción). Mientras no haya eso, todas son buenas intenciones”, señala Erick García, exdirector general de hidrocarburos del Minem.
El ‘fast track’ para los permisos y la implementación de una tarifa promocional son dos de los requisitos que los interesados en el proyecto han solicitado al Minem.
Otro es la garantía de suministro de gas natural por un periodo mayor a los 25 años, demanda vital pues los contratos de dos de los facilitadores del proyecto: Pluspetrol (productor) y TGP (transportador) tienen una vigencia menor a 20 años.
“Ni Pluspetrol ni TGP tienen contratos que pueden asegurar, hoy, la molécula por 20 años, que es lo mínimo que va a requerir un operador petroquímico para desarrollar este negocio”, apunta Jorge Ramos, experto en hidrocarburos y ex CEO de Contugas.
De acuerdo al especialista, el proyecto se encuentra en una etapa en la cual “no existen las condiciones dadas para que alguien se atreva a firmar un contrato de suministro de gas” con Pluspetrol o TGP.