La crisis del COVID-19 es una oportunidad para poder acortar las brechas de confianza entre la ciudadanía y el sector privado, sostuvo Mariana Rodríguez, presidenta de CADE Ejecutivos. Y de esta forma, añade, lograr el desarrollo del país.
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En sus palabras, el Perú “es un país de empresarios”, ya sea pequeños o grande, donde la mayoría cumple con la ley y busca “hacer las cosas de manera correcta”; sin embargo, “el problema está en que la sociedad no cree en los empresarios peruanos, nos ve egoístas, distantes, desconectados de la realidad. Quizá hay parte de eso que es real, quizá [el empresario] al estar metido en sus temas [...] ha estado alejado de la realidad”, comenta a El Comercio.
No obstante, es una oportunidad para que ello cambie, en momentos, además, en que es necesario tener líderes comprometidos y activistas, como lo resaltó durante la inauguración del CADE Ejecutivos este martes.
“Los líderes empresariales deben reconocer que es importante reconstruir esa reputación empresarial, que hay una realidad que hay que hacerla conocer, hay que acercarse a la población y mostrar no con palabras sino acciones que el empresario es un aliado de bienestar del desarrollo del país y no un enemigo”, añade.
“Un país con oportunidades para todos es un país donde al empresario le va mejor. Es el mejor escenario que podemos tener. No es posible tener una empresa exitosa en un país con tanta vulnerabilidad y problemas sociales. Es insostenible”, agrega.
También recalca que necesita haber un acercamiento mayor entre la empresa, el sector público y los políticos para poder llevar adelante estrategias más efectivas en el marco de la lucha contra la pandemia. “Se ha podido hacer muchísimas cosas más”, comenta.