Deyvis Orosco (cantante), Damián Ode (empresario), Inti y Vicente (cantantes), y Juan Pablo Orellana (bartender) cuentan a El Comercio sus experiencias sobre cómo se reinventaron y cómo cierran el año.
Deyvis Orosco (cantante), Damián Ode (empresario), Inti y Vicente (cantantes), y Juan Pablo Orellana (bartender) cuentan a El Comercio sus experiencias sobre cómo se reinventaron y cómo cierran el año.

Deyvis Orosco despertó asustado. Iba a perder el vuelo. Era el 16 de marzo. Los viajes y los conciertos estaban suspendidos desde la noche previa. La cuarentena había comenzado.

Para Deyvis, quedarse en la cama y aceptar que perdió el vuelo no es una opción. Si no lo hizo a los 20 años, cuando su padre, el líder del grupo Néctar, falleció, tampoco lo haría ahora.

A lo largo del 2020, el llamado ‘Bomboncito de la Cumbia’ se levantó una vez más y fue en busca de los proyectos pendientes y los nuevos que podían surgir.

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Así es como lanzó “Amor a primera vista”, el primer feat de cumbia en el Perú, que interpreta junto a Corazón Serrano y Jota Benz. Hizo, además, un dúo con la voz de su padre Johnny Orosco. También se animó a dar charlas motivacionales para los trabajadores de algunas empresas.

‘Hacer’ es la filosofía de vida de Deyvis. Ese verbo traducido al inglés es la primera nota musical y son las iniciales de su nombre: DO. Será también la marca de uno de sus más grandes sueños que cumplirá en el 2021: la disquera propia.

El 2020 cerrará sin conciertos por Año Nuevo, fecha en que los cantantes cobraban montos más elevados de lo normal por sus presentaciones. Deyvis, pese a ello, dice que está agradecido con su público y con las oportunidades que se le han presentado. En retribución, el 31 de diciembre, a través de sus redes sociales, pondrá a bailar a sus seguidores durante cuatro horas, de manera gratuita.

"Esto que estamos viviendo es solo un momento difícil, que estoy seguro que va a pasar, pero mientras tanto uno no puede estar esperando que pase. Uno tiene que seguir buscando oportunidades. Y más que decirlo, demostrarlo", dice Deyvis Orosco.
"Esto que estamos viviendo es solo un momento difícil, que estoy seguro que va a pasar, pero mientras tanto uno no puede estar esperando que pase. Uno tiene que seguir buscando oportunidades. Y más que decirlo, demostrarlo", dice Deyvis Orosco.

La pandemia también puso a prueba a otros artistas. La agrupación peruana Inti y Vicente supo enfrentar la situación. Entendió que la música no sabe de fronteras y que ni el COVID-19 la puede parar.

Este diciembre, a diferencia de otros años, no han estado en una tarima cantándole a su público. Pero para eso están las videoconferencias. Inti (21) y Vicente (24) fueron contratados por radio La Mega de Colombia. Hicieron un tour virtual por cerca de 15 colegios de ese país.

Inti cuenta que los ingresos esta vez no serán los mismos que antes. En un 31 de diciembre podrían cobrar hasta el doble de lo que ganaban en comparación con otras fechas. Pero eso no los desanima.

Ellos dicen que han ganado porque su música ha sonado fuera del Perú y cuando todo se normalice esperan continuar con la internacionalización.

Para ello, ya han dado pasos importantes. Este año, no se amilanaron y continuaron produciendo desde sus casas. En ese interín, recibieron la llamada del productor Sebastián Krys, quien ha trabajado con artistas como Shakira y Carlos Vives. La vida les cambió. El asunto de la llamada era firmar un contrato con la disquera Universal Music.

“Queremos cantar nuestras canciones en español en todo el mundo. Nuestra meta más cercana es viajar cuando todo se normalice”, señala Inti Delucchi, vocalista de Inti y Vicente.
“Queremos cantar nuestras canciones en español en todo el mundo. Nuestra meta más cercana es viajar cuando todo se normalice”, señala Inti Delucchi, vocalista de Inti y Vicente.

MÁS ALLÁ DE LA MÚSICA

Del mundo de la diversión, no solo viven los cantantes. También hay otros actores que nos ayudan a pasarla bien en una fiesta y que sus trabajos se han paralizado. Por ejemplo, los bartenders. ¿Cómo pueden hacer ellos su trabajo si no están detrás de una barra?

Juan Pablo Orellana se enfrentó a esa interrogante. Pero él está acostumbrado a los cambios. Cuando terminó el colegio, quiso estudiar Comunicaciones. Su padre se enfermó y no había los recursos para solventar sus estudios.

Le encantaba cocinar. Un amigo de su padre le recomendó estudiar bar y cocina en Cenfotur. Le gustó tanto el primer curso que no terminó de estudiar el segundo.

La pandemia le vuelve a cambiar sus planes. La empresa de catering de Orellana tenía varios contratos firmados para todo el año, los cuales fueron cancelados. Pero sus clientes le pedían consejos para hacer tragos en sus casas. Es ahí donde vio la oportunidad.

Desde su casa, que es más una oficina, ha dado clases de cocteles, ha celebrado matrimonios y ha dirigido eventos de fin de año para empresas. Y cuando se reactivó el delivery, empezó a vender packs de tragos.

Para diciembre de este año, pese a todo lo ocurrido, las clases y las ventas de tragos han hecho que sus ingresos estén a un 70% de lo que ganaba en otros años.

“Ha sido un reto trabajar de manera virtual. Por eso, he empezado a llevar cursos de stand up comedy y otros más para así tener un buen manejo del público”, cuenta el bartender Juan Pablo Orellana.
“Ha sido un reto trabajar de manera virtual. Por eso, he empezado a llevar cursos de stand up comedy y otros más para así tener un buen manejo del público”, cuenta el bartender Juan Pablo Orellana.

Detrás del espacio donde los cantantes y los bartenders hacen lo suyo, hay otros rostros. Detrás de La Peña del Carajo están Damián Ode y sus socios. Tras 21 años de poner música a las calles barranquinas, tuvieron que cerrar. Hace unos meses volvieron, pero sin la peña. Esta vez con la pollería Del Carajo. Hace algunas semanas acondicionaron otro espacio de la otrora peña para que los food trucks vendan sus comidas.

Ode trabaja desde los 13 años. Empezó vendiendo mango verde con sal en Ica. Nunca paró. Hizo negocios buenos y malos. Eso le enseñó a ser persistente y a reinventarse siempre.

Esa sabiduría la aplicó también con el equipo de márketing de sus restaurantes. Como no les podía pagar completo por la crisis, ahora es socio con ellos y asesoran a 11 restaurantes. También se ha asociado con una productora para hacer eventos por streaming. El 31 de diciembre ofrecerán un show con Lucía de la Cruz y el marco musical de La Peña del Carajo.

Pero eso no es todo. La hipertensión y el COVID-19 no frenan a Damián. También es repartidor de pollo a la brasa y ha lanzado su propia marca de pisco. Eso sin contar el programa de radio y shows de Damián y el Toyo, así como otros negocios.

Estas historias de éxito tienen grandes cuotas de sacrificio y persistencia. Esas herramientas no cuestan y están al alcance de todos.

“Por la pandemia, hemos tenido que intentar salvar el negocio. La Peña del Carajo se convirtió en una pollería y en un patio de comidas”, cuenta el empresario Damian Ode. (Foto: César Campos / El Comercio)
“Por la pandemia, hemos tenido que intentar salvar el negocio. La Peña del Carajo se convirtió en una pollería y en un patio de comidas”, cuenta el empresario Damian Ode. (Foto: César Campos / El Comercio)

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