“El Perú tiene un déficit muy grande de profesionales de la salud. Tenemos una brecha de 10 mil médicos que no existen”

Tras ganar su tercer galardón de la noche, El Comercio conversó con María Elena Aguilar del Águila, presidenta Ejecutiva de Salud en EsSalud, quien comentó los proyectos que se alzaron con el reconocimiento Creatividad Empresarial de la UPC.

Ganaron el premio Creatividad Empresarial en las categorías de Gestión Pública Nacional, Servicio al Cliente, y Salud e Higiene, ¿de qué trataron las iniciativas que presentaron?

En Gestión Pública Nacional hemos reformulado, replanteado y resucitado un proyecto que existía desde el 2019, que es un tratamiento diferenciado para los pacientes oncológicos y, con la pandemia y todo lo que sucedió, quedó un poco en el olvido.

Lo hemos retomado, mejorado y adecuado a nuestras circunstancias actuales para poder atender a nuestros pacientes oncológicos de manera especial, con un acompañamiento humano, junto al paciente y junto a la familia. Le enseñamos y educamos acerca de su enfermedad para que pueda sobrellevarla de la mejor manera.

Que a un paciente con cáncer le digan que tiene una cita de aquí a dos meses es algo angustiante. Entonces, desde el diagnóstico lo estamos acompañando, facilitando todo el proceso para poder llegar a la recuperación.

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En Salud e Higiene ganaron con el proyecto “Diagnóstico oportuno de cáncer de cuello uterino en regiones remotas. Salvando vidas a distancia: Telecolposcopía”.

El cáncer de cuello uterino es un problema de salud pública muy grave y muy grande en nuestro país. Es uno de los cánceres más importantes y muchas mujeres mueren a causa de este problema y el diagnóstico a veces no es el adecuado.

Estuve en Iquitos inaugurando un servicio de quimioterapia nuevo y vi muchos pacientes en estadío cuatro. Eso nos enseña que debemos hacer algo para el diagnóstico temprano, para la prevención. En ese sentido, se creó telecolposcopía. Se capacitan profesionales que no son ginecólogos a manejar el aparato en cualquier lugar del país y, a través de la telemedicina, las imágenes son interpretadas por un ginecólogo.

Estos profesionales en provincias han sido capacitados para realizar el procedimiento. Pueden hacerlo de manera sincrónica, incluso asincrónica, porque los ginecólogos aquí en Lima son muy escasos. Con eso hemos diagnosticado muchísimos cánceres de cuello uterino a nivel nacional.

También está el premio para la tele-rehabilitación en terapia del lenguaje.

Es un procedimiento también a través del Centro Nacional de Telemedicina que lo tenemos muy desarrollado. Han venido desde Argentina, de Chile, a pedir que les enseñemos cómo hemos trabajado y copiar en el buen sentido, este modelo.

Encontramos que la rehabilitación oral es muy difícil de encontrar, incluso aquí en Lima no hay profesionales que hagan rehabilitación oral, o son muy pocos. Viajando por todo el Perú, hemos encontrado personas que nunca se corrigen en estos aspectos porque no hay cómo. A través de la telemedicina hemos llegado para hacer este tipo de rehabilitación.

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¿Qué impacto han generado con todos estos proyectos?

En oncología es un proceso de gestión. Básicamente es acá en Lima y no porque seamos centralistas, sino porque de los casi 13 millones de asegurados que tenemos a nivel nacional, la mitad está en Lima, sin contar con los que vienen referidos. Por eso le dimos prioridad a las tres redes que tenemos acá el Almenara, Sabogal y Rebagliatti. Pero ahora estamos en 15 regiones a nivel nacional.

Nos falta mucho, es un crecimiento progresivo, es un servicio renovado y eso implica logística y, sobre todo, recursos humanos. Estamos expandiéndonos progresivamente para llegar a todas las redes a nivel nacional.

En cuanto a la telecolposcopía, la marcha blanca la hemos llevado al lugar donde sabemos que, epidemiológicamente, hay más cáncer. Por ejemplo en Loreto y Ucayali. Estuvimos en Iquitos, evaluamos a 22 mujeres y cinco dieron positivo, eso nos alarmó aún más y nos comprometió a seguir con este proyecto y hacerlo crecer.

¿Qué desafíos han enfrentado?

El más grande que tenemos es que el Perú tiene un déficit muy grande de profesionales de la salud. La Organización Mundial de la Salud reconoce que tenemos miles en déficit. El Colegio Médico del Perú sabe que tenemos más de 10 mil médicos especialistas que no existen, es una brecha grande que tenemos que llenar. Más de 15 mil médicos en general que deberíamos tener para poder cumplir con los estándares que dicta la OMS.

No se trata de solamente crear facultades de medicina, hay que crearlas bien, pero sí deben seguir creándose para poder cubrir las necesidades y eso en el interior del país. Ahí también quisiéramos pedir ayuda de alguna manera para que los profesionales que se forman en provincias, se arraiguen en su zona y puedan quedarse y no todos venir a Lima.

¿Cuál es la importancia para la gestión pública este tipo de reconocimientos?

Es absolutamente motivador porque ganar un premio es difícil, pero en el sector público es doblemente difícil. Estamos enmarcados en muchas reglas, marcos legales y administrativos que hay que cumplir a cabalidad, porque si te sales puedes ser acusado de cualquier cosa. Hay que cumplir fielmente y es todo un reto vencer los obstáculos.

[El premio] nos ayuda, nos motiva y nos compromete a seguir mejorando para atender a nuestros pacientes. Es bonito pero es un compromiso porque tenemos que demostrar que lo merecemos y seguir adelante.