Un escenario más que retador enfrenta, hoy por hoy, el negocio de alquiler de oficinas en el país y en el mundo. El impacto del COVID-19 ha dejado varios m2 de espacios habilitados para el trabajo con solo sillas vacías. Ante ello, empresas de coworking como Comunal ensaya diferentes fórmulas a fin de adaptarse a las nuevas necesidades de las empresas y reducir los índices de vacancia, revela a El Comercio, su CEO y cofundador, Ernesto De Olazával.
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¿Cuál ha sido el impacto de la pandemia en sus operaciones y en sí en los niveles de ocupabilidad?
En general, el mercado de oficinas claramente se ha visto afectado y nosotros también hemos sido impactados. A la fecha, estamos con menos del 50% de la ocupación, pero poco a poco hemos captado clientes nuevos que están buscando alternativas distintas en vista de esta realidad; no obstante, la recuperación está siendo bien lenta.
Considerando que el trabajo remoto continuará hasta el 2021, ¿qué estrategias están adoptando para atenuar los estragos?
A diferencia de las oficinas tradicionales, nuestra naturaleza nos permite ser flexibles y adaptarnos mejor a esta coyuntura, y en eso estamos trabajando en dar flexibilidad a las empresas en los contratos y en la forma de consumir los espacios gracias a que tenemos una red de edificios, por ello hemos lanzado un plan de membresías flotantes y el concepto de oficinas satélites.
¿Qué implica este concepto de oficinas satélites?
Consiste, básicamente, en dar a los clientes una mayor flexibilidad en los términos del contrato e, incluso, en la periodicidad del mismo. Es decir que, estos pueden usar los espacios por horas, días, semanas o meses, según lo necesiten. Las personas están trabajando en remoto y muchas no tienen las condiciones adecuadas, por lo que están ávidas de buscar un lugar donde puedan, por algunas horas y días, complementar su trabajo en áreas habilitadas para ello. Es ahí donde las oficinas satélites cobran relevancia y funcionan como un buen complemento para el trabajo remoto. Y la ventaja es que tenemos ubicaciones en zonas residenciales y no solo cerca a los típicos centros empresariales.
¿Este nuevo plan también implica sumar puntos fuera de la Lima tradicional? ¿Cuántas ubicaciones poseen a la fecha?
Sí, estamos teniendo conversaciones con dueños de espacios en la periferia de Lima para establecer nuevos puntos de oficinas satélites; sin embargo, nuestro foco sigue siendo los lugares donde ya estamos. Lo que queremos es satisfacer las necesidades de nuestros clientes actuales, que nos han acompañado por años, y en paralelo seguiremos con las negociaciones. Tenemos un total de 13 ubicaciones en distritos como San Isidro, Magdalena del Mar, Santiago de Surco, Miraflores y Barranco.
¿Qué zonas de la periferia tienen en la mira?
Por ahora no puedo develarlo porque estamos en un periodo de confidencialidad, pero Lima es bastante grande, claramente los cinco distritos donde estamos no representan a una ciudad con 10 millones de habitantes. Tanto Lima norte, sur y este las vemos con un potencial bastante interesante.
¿Para cuándo tienen definido concretar esta expansión?
Aún estamos en la fase exploratoria.
En este caso, ¿cómo trabajarían con los dueños de las propiedades?
Siempre trabajamos en sociedad con los propietarios de los inmuebles. Buscamos una relación de largo plazo donde ambos ganemos, usamos esquemas que permiten repartirnos las ganancias, pero también los riesgos. En la mayoría de los edificios donde estamos hemos logrado trabajar bajo este modelo y así también se contemplará para las futuras ubicaciones.
¿Qué características básicas deben tener estos nuevos espacios?
Lo principal es que estén bien ubicados, de eso depende la base de nuestro negocio, esto implica buen acceso peatonal a servicios (bancos, restaurantes, supermercados, farmacias, etc.) y a transporte público. La calidad de la infraestructura del edificio también es importante, este debe cumplir ciertos niveles que permita que nuestro estándar se pueda cumplir.
¿Esta posible expansión contempla, necesariamente, edificios o pueden adaptarse a infraestructuras más pequeñas?
Claramente lo que estamos viviendo nos empuja a adaptarnos a cosas nuevas, entonces, no necesariamente tienen que ser edificios corporativos de oficinas, que es más difícil encontrar en la periferia de Lima, pero sí pueden ser espacios comerciales, incluso, con puerta a la calle, por ejemplo.
¿Las casas también podrían ser una opción?
Estamos en crisis, decir no es difícil ahora. Estamos escuchando todas las propuestas; aunque una casa no es lo más eficiente en temas de distribución, preferimos plantas libres.
¿Qué tan eficiente es para las empresas tener oficinas según la ubicación de sus colaboradores?
Bastante más eficiente que una oficina tradicional porque no tienen que invertir en la implementación del espacio, ni en protocolos de bioseguridad; además las empresas pueden tener esquemas de membresías flotantes, que les permite alquilar, por ejemplo, solo 30 escritorios para 100 colaboradores que pueden ir rotando o, tener a su disposición salas de reuniones por horas. Una encuesta realizada entre clientes potenciales y clientes actuales reveló que el 85% tiene la necesidad de alternar el trabajo entre la casa y un espacio adaptado para ello; además el 54% mencionó que extraña sociabilizar. Creemos que las oficinas centrales con puntos satélites es la nueva forma en que las empresas van a consumir espacios de trabajo.
¿Con cuántos clientes están trabajando bajo este esquema de membresía flotante?
Más de la mitad de los clientes nuevos, que han entrado en los últimos tres meses, ya la están usando. Así, en vez de tener 100 escritorios en un solo punto pueden distribuir 25 en cuatro edificios de zonas distintas, esta es la tendencia y necesidad que hoy estamos viendo. Agencias de márketing digital, firmas de tecnología y hasta de rubros tradicionales se están adaptando a ello.
¿Han podido negociar con los dueños de edificios, qué tan flexibles han sido y qué tan posible es cerrar alguna ubicación?
Con la mayoría hemos llegado a un buen puerto y nos está yendo bien, hemos renovado nuestros votos. No obstante, nos falta sellar negociaciones con algunos, el cierre se puede dar siempre y cuando no lleguemos a buen puerto. Antes teníamos 14 ubicaciones y cerramos una en Barranco. Pero creemos que, al culminar este temporal, nuestra categoría se verá bastante beneficiada. Las empresas buscarán espacios flexibles ahora más que nunca, esta pandemia solo acelerará la adopción de nuestra categoría, vemos el largo plazo promisorio.
Entonces, considera que superada la pandemia la migración de empresas de oficinas tradicionales a espacios de coworking será mayor.
Sin duda, hoy la cantidad de clientes interesados, es decir peguntando y revisando nuestras propuestas, es mucho más alta que antes del COVID-19. Aunque no cierran contratos por un tema de especulación y porque están a la espera que las cosas se estabilicen.
¿Cuáles son las expectativas de recuperación?
Para este año no creo que exista una recuperación significativa, recién se dará en el 2021 y con una mayor fuerza a mediados de año.
¿Han hecho proyecciones para este 2020?
Ya no nos atrevemos a hacerlas, lo que sí estamos haciendo es ser más disciplinados en cuanto a entender mejor a nuestros clientes, en analizar mejor la data que manejamos y aprovechando este momento para construir capacidades. Así, cuando termine la pandemia tendremos mayor predictibilidad de lo que ocurrirá después. La magia de la crisis es apretarse para salir con pocas heridas, pero también prepararse para capitalizar las oportunidades que luego se presentarán.