Las microfinanzas son un pilar fundamental en el desarrollo económico del país, permitiendo que miles de microempresarios accedan a crédito que de otra forma les sería negado. Según el último informe de la SBS, a agosto de 2024, estas instituciones concentran el 14% de las colocaciones totales y atienden al 52% de los deudores únicos del sistema financiero, desempeñando un rol esencial en el fortalecimiento del sector y cierre de brechas de inclusión financiera.
Hacia el 2025, el panorama presenta desafíos importantes, así como grandes oportunidades que podrían consolidar y fortalecer aún más el sistema. A nivel de desafíos del sistema, el de mayor repercusión es la inseguridad ciudadana, donde la extorsión cada día afecta más a los microempresarios, impactando no solo en sus negocios, sino también en su bienestar personal, obstaculizando su desarrollo económico. Hoy por hoy, uno de cada dos de nuestros clientes del segmento de microempresa, manifiestan haber sido extorsionados en los últimos 12 meses.
Adicionalmente, existen instituciones microfinancieras que, por su escala y problemas económicos estructurales, se vuelven inviables a largo plazo. En este punto, es importante destacar que pese a las recientes intervenciones en el sector por parte de la SBS, el sistema microfinanciero ha demostrado ser resiliente y estable; tanto es así que el riesgo individual de las empresas intervenidas no ha generado un efecto contagio en el resto del sistema, lo que ha permitido mantener la confianza de millones de ahorristas.
Otro reto importante es la continuidad de la inclusión financiera y principalmente el uso de los servicios financieros. Es crucial no solo sumar más personas al sistema formal, sino también asegurarnos de que estas adopten y utilicen, de manera efectiva, los productos financieros que el sistema tiene para ofrecerles y que pueden impactar positivamente en su bienestar.
En medio de estos retos, existen también oportunidades que abren un camino prometedor para el sector de las microfinanzas. En primer lugar, la consolidación del sistema microfinanciero, a través de fusiones y adquisiciones. La intervención de la SBS a Caja Sullana y Credinka, demuestra cómo una regulación efectiva puede facilitar la transición hacia instituciones más robustas y sostenibles.
En ese mismo sentido, consideramos que existe una oportunidad en la eliminación de la ley que establece topes a las tasas de interés. Esta normativa ha empujado a muchos peruanos hacia el crédito informal, exponiéndolos a sistemas de financiamiento como el “gota a gota” que resultan peligrosos y dañinos para la economía familiar. Tanto el BCR como el IPE han publicado sendos estudios que demuestran el fracaso de la normativa para promover la inclusión financiera.
Finalmente, el futuro de las microfinanzas dependerá de nuestra capacidad para superar los desafíos, aprovechar las oportunidades que se presentan y diseñar productos financieros más alineados con las necesidades reales de los clientes. La colaboración entre entidades financieras, reguladores y otros actores será fundamental para construir un sector que esté a la altura de los retos y responda a las necesidades de los clientes y el bienestar al que aspiran.