Los bancos ofrecen a sus clientes distintos productos crediticios para cada necesidad. Entre estas alternativas, las tarjetas de crédito y los préstamos personales se han convertido en los mecanismos preferidos de financiamiento, pues permiten obtener efectivo rápidamente para alcanzar objetivos variados: una compra importante, unas vacaciones familiares o cubrir alguna emergencia.
“Un crédito bien utilizado puede ser como un socio que nos permita convertir en realidad nuestros sueños, superando la situación de falta de fondos que podríamos estar atravesando”, explica Patricia Foster, Gerente de Experiencia del Cliente del BCP.
“Es muy importante elegir responsablemente la opción que mejor nos convenga para que las ventajas del crédito sean muchas”, agrega.
Como señala la especialista, es conveniente planificar con cuidado el préstamo. Tener en consideración la cantidad de cuotas, las fechas límites de pago y principalmente las tasas de interés, ya que un préstamo mal manejado podría convertirse en un verdadero dolor de cabeza.
TARJETAS DE CRÉDITO Las tarjetas de crédito no solo son más cómodas que el dinero en efectivo, funcionan como una alternativa que permite financiar las compras mes a mes. Además, las operaciones realizadas son fácilmente controlables mediante el uso de los estados de cuenta, que, si el cliente lo solicita, deben ser enviados por el banco al correo electrónico, según las normas de la Superintendencia Nacional de Banca, Seguros y AFP (SBS).
La especialista del BCP sostiene que si se usa la tarjeta solo como un adelanto de nuestros ingresos y se le cancela en una sola cuota de la modalidad revolvente antes del vencimiento del plazo, es posible no pagar intereses, lo que representa una gran ventaja considerando las altas tasas que se cobran.
“Si uno está seguro que puede pagar el total de su consumo antes de la fecha de pago, estaría evitando intereses. De ser ese el caso a la hora de la compra debe escoger pago sin cuotas, tener presente la fecha de su tarjeta y pagar antes de esa fecha”, explica.
Foster se refiere a la modalidad de tarjeta revolvente, que consiste en un préstamo que no tiene determinado el número de cuotas y que, según datos del Portal del Usuario de la SBS, ofrece intereses más bajos que el sistema de cuotas.
Los intereses que se cobran por el uso de este instrumento son altos. El BanBif, que es la entidad que ofrece menor interés, cobra por un préstamo de S/.1.000 una tasa del 71,61%. La Financiera Uno, que ofrece la tasa más alta, considera un interés del 117%.
En el caso de las compras con tarjeta en cuotas, el interés más bajo por el consumo antes mencionado en un plazo de un año lo ofrece el Banco Azteca, con una tasa de 87,84%. Por su parte, el Banco GNB brinda una tasa anual de 131,39%, la más alta del mercado.
La idea es, entonces, no dejar que los plazos se venzan; simplificar, si es que se puede pagar en una sola armada y así evitar los altos intereses.
LOS CRÉDITOS PERSONALES Esta modalidad, que cuenta con tasas de interés más bajas a las de las tarjetas, es útil para paliar préstamos grandes como podrían ser unas vacaciones o una compra costosa, siempre y cuando estén debidamente planificados.
Los bajos intereses de los créditos personales son evidentes. Teniendo en cuenta el mismo préstamo de S/.1.000 a un plazo de un año, el interés que cobra la Caja Municipal del Cusco (la que ofrece el menor interés) es de 32,92%, porcentaje que representa menos de la mitad del interés que cobra la tarjeta de mejor rendimiento y cuatro veces más bajo que la que más cobra.
“Esta modalidad de crédito tiene un proceso que dura algunos días, por lo que requiere planificación. Sin embargo, permite un gran ahorro porque las tasas de interés, generalmente, son más bajas que en las tarjetas de crédito”, concluye la especialista.