Ahorrativo, digital y saludable, estas son tres de las características más importantes que ya han empezado a primar en el consumidor a causa del COVID-19 y sobre las que las empresas deben tomar acción.
De esto también da cuenta un reciente estudio sobre hábitos de consumo realizado por Edenred, la empresa de tarjetas prepago de alimentación (con sede en Francia) revela que tres patrones y hábitos han cambiado fuertemente con la pandemia: el lugar de compra, la forma de comprar y lo que se compra.
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María Cecilia Toledo, gerente de márketing y producto de la firma, señala que si bien los supermercados siguen siendo el principal destino de uso de sus tarjetas, el consumo ha bajado en seis puntos porcentuales, según la encuesta realizada a 5.000 tarjetahabientes.
“Antes de la pandemia, el supermercado concentraba el 62% de la compra y ahora bajó a 56%, seguido de los restaurantes y finalmente los pequeños comercios”, dice.
Estos últimos, contrariamente, son los que en la nueva normalidad han cobrado mayor relevancia con un crecimiento de casi 37% a la hora de comprar alimentos, señala.
Explica que ello responde a que los comercios, ya sean bodegas, panaderías, etc., se han adaptado a la nueva realidad adoptando el pago digital y tarjetas de crédito, entre otros, y también porque el consumidor es más consciente en cuanto a ayudar al comercio local: la tienda de barrio y a preservar su salud y seguridad asistiendo a un lugar menos concurrido.
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MÁS TECNOLÓGICOS Y SALUDABLES
Toledo indica que el segundo patrón es la adopción de la tecnología. “Vemos que el miedo se ha perdido y se han abierto campo hacia la digitalización”, acota.
De hecho, el 93% de los entrevistados confirmó estar satisfecho con tener tarjetas electrónicas para realizar las compras de su canasta básica familiar.
“Con nuestras tarjetas, por ejemplo, ya se podían hacer compras por e-commerce, pero antes de la crisis sanitaria estas no eran significativas y a la fecha notamos un incremento interesante de casi dos dígitos, representado el 12%”, acota.
El tercer hábito, y no por eso el menos importante, es la tendencia hacia la alimentación sana, señala la ejecutiva.
El estudio arrojó, además, que el 94% aseguró que el virus ha originado que sean más conscientes sobre su salud y sobre la necesidad de llevar una alimentación saludable. De hecho, el 61% declaró que mejoró su alimentación y hoy busca comer más sano y balanceado.
“Cuando se les preguntó qué entendían como saludable, las principales respuestas fueron: productos frescos y mayor cantidad de vegetales”, acota.
En cuanto al consumo en restaurantes, pese a que el 90% de los usuarios indicó que preparan su propia comida, un 67% sostuvo que ordenó comida durante el confinamiento, de los cuales el 46% lo hizo en restaurantes ya conocidos con delivery propio y otro 40% a través de plataformas de terceros, informa.
En línea con la tendencia, el 90% de los consultados espera que los restaurantes desarrollen una oferta saludable dentro de su carta.
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