Hoy jueves 10 de diciembre, se está realizando la VII Cumbre Empresarial de la Alianza del Pacífico titulada “La crisis como oportunidad”, la que debido a la contingencia provocada por el Covid-19, se viene desarrollando de manera virtual.
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Durante la actividad, se abordarán los desafíos que enfrenta el sector empresarial de la región, junto con analizar las propuestas que tienen los países miembros de la Alianza del Pacífico -Chile, Colombia, México y Perú- para trabajar en la recuperación económica y social.
Además, durante el programa, se presentará el instrumento Compromiso y Reporte Empresarial que busca promover la Evolución Empresarial a nivel regional en 4 dimensiones: 1) Medio Ambiental y Social 2) Laboral 3) Covid-19 y 4) Económica y Competitiva.
La iniciativa es del Consejo Empresarial de la Alianza del Pacífico (CEAP), que forma parte de la Alianza del Pacífico, está integrado por empresarios de Chile, Colombia, México y Perú; con la representación de María Isabel León, como Presidente Capítulo Perú, Valentín Diaz Morodo (México), Carlos Ignacio Gallego (Colombia), y Bernardo Larraín (Chile).
Desde el Consejo Empresarial de la Alianza del Pacífico indicaron que asumen el reto para promover el debate en torno a desafíos comunes a los cuatro países de la Alianza, que son los siguientes:
- En el ámbito internacional, necesitamos modernizar las instituciones multilaterales así como fortalecer y profundizar los tratados y plataformas que propendan al libre flujo de personas, de bienes y servicios y de inversiones. Debemos también impulsar la adopción de procesos de revisión (“screening”) transparentes, ágiles y con criterios pre-establecidos para aprobar inversión extranjera alineada con el interés general de los países y que mejoren la competitividad y productividad de nuestras economías.
- En cuanto a la institucionalidad democrática de cada país, cuya legitimidad y fortaleza son condiciones habilitantes para que la empresa siga siendo un agente de transformación social, debemos modernizar nuestros marcos institucionales para que incorporen más espacios de participación, altos estándares de transparencia y de integridad, y para que reconecten la técnica con la política. Así, nuestros países saldrán al frente de los parlamentarismo de facto o presidencialismos autoritarios y populistas en los que prevalecen las voces de quienes más gritan.
- En relación a las brechas sociales que sufren los más vulnerables, requerimos implementar políticas públicas que aseguren un umbral mínimo de dignidad en el acceso a bienes públicos como educación, salud y pensiones, y al mismo tiempo impulsen una recuperación económica resiliente y sustentable, que sea la base de una agenda de inclusión y formalización laboral, para desplazar a aquellos sectores que abusan de la confianza ciudadana ofreciendo sólo asistencialismo estatal o el uso de los ahorros de las personas reservados para las pensiones futuras.
- Finalmente, en cuanto a la empresa privada, queremos participar en ecosistemas colaborativos junto con emprendedores e instituciones de la sociedad civil para enfrentar desafíos transversales como son la empleabilidad de jóvenes, la innovación para migrar a una economía circular o el desarrollo y formalización de PYMES. Sólo así podremos desplazar a quienes proponen restringir su espacio de acción y ampliar el del estado empresario, en vez de abocarse a transformarlo en un estado moderno regulador y promotor, al servicio de los ciudadanos.