Recientemente se promulgó una ley que permite a los afiliados de las AFP retirar de forma extraordinaria hasta S/18.400 de sus fondos, siendo este el sexto retiro en casi dos años. Si bien los retiros aprobados en el 2020 permitieron a varios trabajadores enfrentar la crisis producto de la pandemia, la implementación de este nuevo retiro no beneficiaría necesariamente a los hogares más vulnerables. Por el contrario, fuera de su impacto sobre el mercado de capitales, esta medida generará pérdidas de capitalización para millones de afiliados a lo largo de su vida laboral y erosionará aún más la capacidad del sistema previsional peruano para ofrecer mejores pensiones en el futuro.
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Si bien un grupo importante de hogares aún atraviesa una situación económica adversa ante la falta de empleos formales y el alza en el costo de la canasta básica, la aprobación del nuevo retiro de fondos de las AFP no será especialmente útil para atender sus necesidades. Durante los últimos dos años, los hogares de mayores ingresos fueron los que más se beneficiaron del acceso extraordinario a los fondos de pensiones.
Según cifras del INEI, solo el 15% del total de familias que realizaron por lo menos un retiro de fondos de las AFP entre el 2020 y 2021 pertenece al 40% más pobre de la población. Además, de acuerdo con datos de la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS), el 45% de los ahorros retirados fueron efectuados por afiliados que no registraban la pérdida de empleo y, por el contrario, venían aportando de forma regular. La evidencia indica que la mayoría de los beneficiarios de los retiros extraordinarios de fondos de pensiones no fueron aquellos que se vieron más perjudicados por la pandemia.
Menores pensiones
Según información de la SBS, casi 2,3 millones de afiliados retiraron la totalidad de su AFP entre el 2020 y 2021. De este grupo, las personas de mayor edad serían las más afectadas, ya que contarán con menos tiempo para restituir los recursos que retiraron anticipadamente. Esto último significará que las pensiones que obtendrán difícilmente podrán cubrir los niveles salariales que registraban previamente a su jubilación.
Por ejemplo, Ana tiene 45 años, está afiliada a una AFP y en los últimos dos años retiró todo su fondo de pensiones. Asumiendo que se jubilará a los 65 años, Ana tiene casi 20 años para aportar a su fondo de pensiones y recapitalizar sus ahorros para acceder a una pensión al jubilarse. Sin embargo, de acuerdo con estimaciones del Banco Central de Reserva (BCRP), si Ana logra aportar todos los meses de forma ininterrumpida a su AFP hasta los 65 años, el fondo que podría acumular sería equivalente a una pensión que tan solo representaría el 21% del último ingreso de su vida laboral.
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Las proyecciones se deterioran aún más si Ana solo aporta la mitad de los meses restantes hasta la fecha de jubilación: el fondo acumulado solo permitiría una pensión de apenas 11% del salario percibido antes de retirarse. Esta situación podría ser incluso peor para los afiliados al sistema previsional con mayor edad que han retirado todos sus fondos, ya que enfrentarán una mayor vulnerabilidad en su vejez.
Momento inoportuno
La coyuntura que atraviesa el mercado financiero internacional es poco propicia. En abril del 2022, la rentabilidad real acumulada de los últimos 12 meses del fondo 2 registra una caída de 6,8%, como resultado de las expectativas del menor crecimiento de la economía global. Sin embargo, estas pérdidas solo se harán efectivas si es que los afiliados retiran sus ahorros en este momento. La experiencia de las últimas tres décadas muestra que a la rentabilidad real de los fondos le toma en promedio entre cinco y seis meses en volver a terreno positivo luego de haber mostrado una fuerte caída.
En efecto, en este contexto, el retiro de fondos AFP afectará la oportunidad de capitalizar los ahorros cuando los mercados se recuperen de la turbulencia actual. Por ejemplo, si un trabajador no hubiese retirado S/2.000 en abril del 2020, dos años después tendría alrededor de S/2.544 si mantenía su dinero en el fondo 2, obteniendo aproximadamente 27% extra, y tendría S/3.136 en el fondo 3, casi 56% más.
Si bien resulta evidente la necesidad de reformar el sistema previsional peruano para hacerlo más inclusivo, los retiros de fondos AFP solo acentuarán los problemas ya existentes como la limitada cobertura y los bajos niveles de pensiones que ofrece a sus jubilados. Esta medida no beneficia a los más vulnerables y, por el contrario, incrementa innecesariamente el riesgo de que millones de afiliados se queden sin recursos para la vejez, creando costos fiscales que en el futuro asumirán todos los peruanos.
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