En el fascinante y complejo mundo de la crianza, los padres se enfrentan a desafíos únicos en el camino hacia la formación de individuos responsables, felices y bien adaptados. En definitiva, uno de los aspectos más críticos de dicho proceso es cómo guiar y moldear el comportamiento de los más pequeños, razón por la cual, en ocasiones, algunos adultos tienden a recurrir a métodos tradicionales de disciplina como el castigo. Sin embargo, en medio de la amplia gama de enfoques y teorías, el refuerzo positivo se destaca como una herramienta poderosa y comprobada mediante diversos estudios del campo de la psicología y la educación, ya que no solo mejora la conducta infantil, sino que también fortalece el vínculo entre padres e hijos, promoviendo así un entorno familiar más armonioso y saludable.
“El refuerzo positivo es una técnica de modificación de conducta en la que se ofrece un estímulo o premio gratificante después de que se realiza una conducta esperada. Esta técnica se diferencia de otras, como el castigo, que busca disminuir la probabilidad de que un comportamiento se repita asociándola con consecuencias negativas. En cambio, el refuerzo positivo tiene como finalidad aumentar la posibilidad de que la conducta deseada se vuelva a dar en el futuro”, precisó la doctora Ana Ramírez, psicóloga clínica a Hogar y Familia.
¿Por qué es importante utilizar el refuerzo positivo en la crianza y educación de los niños?
El refuerzo positivo ha sido ampliamente estudiado en mamíferos durante casi 100 años, por lo que es considerado como una de las técnicas de modificación de conducta en niños más ética y validada científicamente. Básicamente, como explicó Vania Marquina Ghezzi, psicóloga, magister en neurociencia educacional y directora científica de Cortex, su importancia reside en que fomenta un buen autoconcepto y autovaloración en el menor desde una edad temprana, así como también genera un ambiente de apoyo familiar lo que, a su vez, ayuda al proceso de apego y las relaciones entre padres e hijos.
“Diversas investigaciones neurocientíficas han demostrado que, el uso del refuerzo positivo de padres a hijos ayuda en la regulación y el desarrollo de ciertas áreas cerebrales, como las frontales y límbicas, las cuales se asocian a la autorregulación de las conductas y emociones. Asimismo, cuando una persona recibe este tipo de refuerzo, puede llegar a experimentar una sensación de bienestar, lo cual provoca que el cerebro libere dopamina y active las vías de recompensa y las vías neuronales, fortaleciéndolas”.
Por su parte, como destacó Ramírez, el refuerzo positivo también promueve la motivación intrínseca, mejora la autoestima y la autoconfianza, al igual que ayuda a establecer expectativas claras y fortalece el aprendizaje y el desarrollo. Desde luego, en comparación con el castigo, el cual puede tener efectos negativos, como generar miedo, resentimiento y posiblemente agresión, esta técnica se enfoca en reforzar comportamientos deseables de una manera más constructiva y positiva.
¿Cuáles son los principios básicos del refuerzo positivo?
De acuerdo con la especialista en neurociencia educacional, es importante que los padres conozcan bien a sus hijos para poder identificar qué estímulo va a tener un impacto positivo en los niños. Por ello, los pasos para llevarlo a cabo son los siguientes:
Pasos | Ejemplo |
---|---|
Identificar la conducta que se quiere reforzar | Que pueda regular su conducta frente a situaciones estresantes. |
Identificar el momento donde se pueda aplicar la conducta esperada | En un momento donde el niño está muy activado emocionalmente, es clave recordarle que puede respirar profundo, que puede tomarse un tiempo para pensar y regular su respuesta impulsiva. |
Cada vez que se obtenga la conducta que se quiere repetir o aprender, es importante darle el refuerzo positivo inmediatamente | Cuando lo intenta y lo logra, es crucial elogiarlo, es decir, mencionarle que lo hizo muy bien y que es un proceso difícil, pero que tomó una buena decisión. Si es algo que le costó mucho trabajo, sería válido e importante darle un pequeño premio como tiempo extra de descanso regresando del colegio. |
Ser claros | Los niños deben entender qué conductas son reforzadas y por qué. |
Consistencia | Debe aplicarse de manera constante para establecer y mantener la conducta. |
“Los padres pueden identificar las conductas que deben ser reforzadas en sus hijos, observando su comportamiento y prestando atención a las acciones que consideran positivas o deseables. De igual manera, es fundamental hablar con los pequeños sobre lo que se espera de ellos y cuáles son los comportamientos que se valoran en la familia. Por lo general, las conductas que se quieren ver con frecuencia y que deben ser reforzadas positivamente, están vinculadas a los comportamientos que hacen sentir orgullosos a los padres, como ser responsables, ordenados o respetuosos o también aquellos que se desean eliminar, como las rabietas, no seguir instrucciones, etc.”, refirió la psicóloga clínica.
¿Qué tipo de refuerzos son más efectivo según la edad del niño?
Los tipos de refuerzos positivos más efectivos pueden variar según la edad y las preferencias individuales de los niños. No obstante, la doctora Ramírez brindó algunas sugerencias de acuerdo a la etapa en la que se encuentra el menor:
Para niños pequeños (0-5 años)
- Expresar elogios y palabras de reconocimiento por sus logros y comportamientos positivos.
- Utilizar imágenes o stickers como recompensas visuales por comportamientos deseables.
- Pasar tiempo de calidad jugando y participando en actividades divertidas con el niño como recompensa.
Para niños en edad escolar (6-12 años)
- Establecer un sistema de recompensas basado en la acumulación de estrellas o puntos por comportamientos positivos.
- Ofrecer privilegios especiales, tales como tiempo extra de juego o actividades recreativas.
- Celebrar y reconocer los logros del niño frente a la familia o amigos.
Para adolescentes (13-18 años)
- Conceder mayor autonomía en decisiones o responsabilidades como recompensa por comportamientos positivos.
- Proporcionar incentivos motivadores, como dinero, regalos o salidas especiales, por logros significativos.
- Brindar apoyo emocional y comprensión en momentos difíciles como forma de refuerzo positivo.
“Generalmente, una técnica que funciona muy bien, es la economía de fichas, puesto que favorece a la motivación, permitiendo así que se pueda alcanzar la conducta que se quiere mantener en el tiempo. En primer lugar, los padres deben hacer una lista de las conductas que se quieren reforzar, por ejemplo, comer sin quejarse, sentarse dos horas todos los días a avanzar tareas, hacer la cama, entre otras. Posteriormente, se le asigna por día una ficha, sticker o punto por tarea que haya realizado con éxito. Por lo tanto, cada 10 puntos consecutivos o los que se determinen, el niño recibirá un premio o reconocimiento”, señaló Marquina Ghezzi.
¿Cuáles son los errores más comunes al emplear el refuerzo positivo?
Según Ana Ramírez, los errores que suelen cometer los padres al intentar usar el refuerzo positivos son:
- No especificar claramente las expectativas y cuál es la conducta que se espera del niño.
- Dar elogios vacíos o no genuinos.
- Demorar en dar el refuerzo, pues este tiene que ser inmediato.
- Dejar de reforzar o ser inconsistente.
- Comparar a un niño con otro al ofrecer refuerzos positivos.
- Usar el refuerzo positivo solo en situaciones específicas o de manera aleatoria.
- No tener en cuenta las preferencias y motivaciones individuales del niño al elegir los refuerzos.
- Dar recompensas excesivas o desproporcionadas en relación con el comportamiento deseado.
“Para que el refuerzo no se convierta en una forma de soborno o manipulación, es importante que las recompensas no sean desproporcionadas (todo el tiempo y premios grandes) y que se enfoque en elogiar el esfuerzo y el proceso, más no únicamente el resultado. Igualmente, es esencial tener cuidado con emplear siempre los mismos estímulos. Por ejemplo, al usarse constantemente la comida como refuerzo, esto podría generar una mala relación con la alimentación o que solamente se le premie con regalos materiales, lo cual hace que se acostumbre a recibir este tipo de recompensa por su comportamiento o logro, en lugar de valorar el tiempo compartido o las experiencias en familia. Por esta razón, es necesario mantener un equilibrio entre los refuerzos no tangibles (elogios, abrazos y tiempo de calidad) con aquellas que son tangibles (juguetes o dulces)”, recalcó la directora de científica de Cortex.
¿En qué situaciones el refuerzo positivo no es apropiado o eficaz?
Una de las situaciones en las que no se debería aplicar el refuerzo positivo es cuando el comportamiento representa un riesgo grave para la seguridad del individuo o de otros, como correr por la calle sin mirar, agresiones, etc. En estos casos, esta técnica puede no ser suficiente para modificar la conducta. De igual manera, como mencionó la doctora Ramírez, si el comportamiento en cuestión es socialmente inapropiado o inaceptable en ciertos contextos (por ejemplo, comportamientos disruptivos en lugares públicos o en el colegio), es posible que se necesite otro tipo de intervención.
“Tampoco debería aplicarse en situaciones donde los comportamientos del niño indican problemas más profundos de salud emocional, es decir, si están relacionados con ansiedad severa o depresión, pues el refuerzo positivo por sí solo puede no abordar las causas subyacentes de dichas conductas. Por consiguiente, es importante trabajar con un profesional de la salud mental para un enfoque más integrado”.
Algunas recomendaciones
- Para implementar el refuerzo positivo de manera efectiva, es primordial que los padres consideren las siguientes estrategias: establecer expectativas claras, ser específicos en los elogios, utilizar recompensas variadas, mantener un sistema de recompensas determinado, ser consistentes en la aplicación y celebrar los logros, expresó la psicóloga clínica.
- Para los padres que están comenzando a utilizar el refuerzo positivo y sienten que no están viendo resultados inmediatos, es importante que, en primer lugar, sean pacientes, ya que el cambio de comportamiento puede llevar tiempo. Asimismo, es necesario que reconozcan y celebren incluso los pequeños avances y esfuerzos de sus hijos.
- Los padres deben tomar en cuenta que, la efectividad del refuerzo puede variar según el temperamento y la personalidad del niño. Básicamente, algunos pueden responder de manera más favorable al refuerzo positivo, mientras que otros pueden requerir de enfoques diferentes o adaptados a sus necesidades individuales.
- Con respecto al éxito del refuerzo, como aseguró Vania Marquina, este se puede comprobar, cuando el niño automáticamente empieza a integrar esas conductas previamente reforzadas como parte natural de su vida sin la necesidad de que le estén recordando o premiando constantemente. Además, se observa un aumento de la frecuencia de los comportamientos deseados, mejora la actitud y la disposición del menor.
- Equilibrar el uso del refuerzo positivo con la enseñanza de la autodisciplina y la responsabilidad es crucial para el desarrollo integral de los niños. Por ello, desde el principio, se deben comunicar claramente las expectativas en cuando al comportamiento, con la finalidad de que los pequeños comprendan qué es lo que se espera del ellos. De igual forma, es fundamental ayudarlos a reconocer sus propias acciones, sentimientos y pensamientos y, especialmente, a reflexionar sobre cómo pueden mejorar su conducta. También es sustancial que los padres les enseñen a establecer metas a largo plazo y a trabajar en ellas de manera autónoma, al igual que se les debe permitir que participen en la toma de decisiones relacionadas con su vida y sus responsabilidades.
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