”Este museo sigue en implementación. No está inaugurado. Por ahora, solo tenemos seis exposiciones temporales en el primer piso”. Esa fue la primera información que compartió una guía del Museo Nacional del Perú (MUNA), en Lurín, a un grupo de 6 visitantes el pasado martes. Sus palabras describen el estado actual de esta obra monumental ubicada en el km. 31 de la Antigua Panamericana Sur, que empezó a construirse el 2016. Siete años después, todavía no se ha colocado ni una pieza de la exposición permanente. La impresión de que el MUNA está casi vacío no le hace justicia a su imponente apariencia.
Diseñado por los arquitectos peruanos Alexia León y Luis Marcial, la construcción del MUNA costó 550 millones de soles. El museo se creó con la finalidad de que preserve el patrimonio presente y futuro de la nación ante la brecha de infraestructura necesaria para la conservación del patrimonio mueble: material orgánico, cerámico, metales, textiles, entre otras piezas. Hoy alberga muestras temporales —por ejemplo, de cerámica awajún y el Qhapac Ñan— que se renuevan periódicamente.
La institución resguardará las piezas del antiguo Museo de la Nación en San Borja y las que se descubran en futuras investigaciones, así como el patrimonio repatriado y recuperado del extranjero por decomisos e incautaciones. En diciembre de 2020, el expresidente Francisco Sagasti formalizó su creación mediante el decreto supremo Nº 018-2020-MC.
Debido a que no se pudo inaugurar en el contexto de celebración por el Bicentenario de la independencia, el MUNA abrió sus puertas al público simbólicamente el 27 julio del 2021 sin la exposición permanente. Actualmente, la ‘marcha blanca’ continúa en cuatro turnos de martes a domingo. Así como ocurrió durante el periodo de construcción del museo, esta decisión ha recibido diversas críticas, pues el museo luce vacío, ofrece una visita reducida a sus instalaciones y el acceso es complicado.
Leslie Urteaga, ministra de Cultura, defiende la apertura simbólica y el actual funcionamiento del MUNA. “Abrimos las puertas en 2021 para formar públicos. Durante el tiempo previo a su inauguración, los ciudadanos tenemos que acostumbrarnos a llegar al MUNA”, sostiene a El Comercio.
Urteaga agregó que la estantería especializada del MUNA que contendrá las piezas del antiguo Museo de la Nación antes de su exhibición permanente “se encuentra a un 70%”. Por otra parte, la ministra señala que el museo de Lurín ha recibido a 44 mil asistentes desde que abrió sus puertas en el 2021.
Pese a los cuestionamientos, Urteaga asegura que el MUNA se inaugurará el 9 de diciembre del próximo año: “El MUNA será la gran obra del Bicentenario de la Batalla de Ayacucho”, asevera.
Carina Moreno, coordinadora del Diplomado en Gestión Cultural de la UARM, visitó el MUNA en mayo. Sobre el estado del museo, Moreno recuerda que, cuando inició la construcción del MUNA, “se nos informó a todos que este museo nos permitiría pensar en la idea del Perú como una nación a 200 años de su independencia”. “Hasta el momento, el MUNA no ha cumplido esta gran responsabilidad”, sostiene.
“Hay una expectativa que no se alcanza a cumplir en el MUNA, pese a los esfuerzos de los guías. Ir involucra llevar carro, de lo contrario es muy complicado llegar”, declaró Moreno en una nota anterior.
La gestora cultural sostiene que los inconvenientes en la dirección del museo se deben a la inestabilidad política, que guarda relación con los más de 20 ministros que han liderado el sector Cultura del Ejecutivo, creado el 2010. “La falta de continuidad es un problema del que adolecen las instituciones de alta envergadura. Esto repercute en que los proyectos de largo plazo como el MUNA tengan dificultades para concretarse”, explica.
Controversia: la renuncia del director general de museos del Mincul
La semana pasada, el caso del MUNA sumó otra polémica: el martes 1 de agosto, Carlos Del Águila renunció al cargo de director de la Dirección General de Museos, puesto que ocupó desde el 2020. En su lugar, se nombró a Margarita Ginocchio.
En su carta de renuncia, el Del Águila menciona un desacuerdo con el despacho de la ministra Urteaga respecto a “resultados”.
Consultada por El Comercio sobre este asunto, Urteaga declaró que se reunió con Del Águila y le propuso que abandone su cargo vigente para dedicarse en exclusividad a la dirección del MUNA.
“El MUNA todavía no es un edificio entregado a la Dirección General de Museos del Ministerio de Cultura, porque se mantiene como un proyecto administrado por la Unidad Ejecutora 008 de proyectos especiales (que también pertenece al Mincul). Es una prioridad que una persona haga de ‘bisagra’ entre ambas unidades”, explicó la ministra sobre la razón de la propuesta que hizo a Del Águila. “Él consideró que no era una buena oferta y que era mejor dar un paso al costado”, añadió Urteaga sobre la respuesta del exfuncionario del Mincul.
Este Diario también conversó con Del Águila, quien respondió sobre el motivo del desacuerdo que ocasionó su renuncia: “La ministra me propuso hacerme cargo del MUNA en exclusividad, bajando mi rango de jerarquía. Se le explicó que, en mi posición de director general [de museos] podíamos hacer más acciones en un proyecto en pleno proceso de transferencia funcional, pero no estuvo de acuerdo”.
Cabe resaltar que, según el exfuncionario del Mincul, él y la ministra de Cultura se reunieron el lunes 31 de julio, mas no el 1 de agosto como indicó Urteaga.
Asimismo, Del Águila refiere que no está de acuerdo con la necesidad de que una persona cumpla el rol de ‘bisagra’ entre la administración central del Mincul y la unidad ejecutora de proyectos especiales: “Una función ‘bisagra’ para un proyecto de tal envergadura requiere de mayor injerencia en la toma de decisiones, mejores techos presupuestales y constitución de un equipo de planta para el MUNA, lo cual hemos pedido hasta en cinco oportunidades desde el 2021 hasta este año. Al proponérseme dejar la dirección general y trasladarme en menor rango de jerarquía a la unidad ejecutora de proyectos especiales, esto no garantizaba para nada una mejor gestión de la que ya se venia realizando”.
Por otra parte, Del Águila sí está de acuerdo con la ‘marcha blanca’ del museo, porque “es un incentivo para que el MUNA cuente con un público fidelizado cuando esté operativo”. En ese sentido, no considera que la cifra de visitantes que ha recibido el monumento desde el 2021 —44 mil aproximadamente— sea escasa para la etapa previa a su inauguración.
“Para un museo que solo ha abierto sus puertas y viene presentando tan solo exposiciones temporales, creo que es un gran aporte y mantiene cierta expectativa hasta su inauguración real hacia fines del 2024″, añade.
Así también, Del Águila concuerda con la ministra Urteaga en que la inauguración del MUNA puede realizarse en diciembre del próximo año: “Si se cuenta con el personal mínimo operativo, con la garantía de asegurar los recursos financieros para terminar la implementación del MUNA y con una firme decisión política de concretar la operatividad del museo nacional mas grande de Latinoamérica, si creo factible llegar a inaugurar la exposición permanente”, menciona Del Águila sobre los retos a superar para garantizar la inauguración del MUNA.
Riesgo en el acceso al MUNA
Si bien las construcciones del MUNA lograron la creación de un monumento majestuoso, el acceso al mismo en el km 31 de la Antigua Panamericana Sur deja mucho que desear.
No existe un paradero a la altura de la puerta del museo o un aviso de grandes proporciones con el nombre del monumento en su entrada. Solo se observa un letrero que advierte sobre la entrada y salida de vehículos.
Además, no hay señalización que indique por dónde deben ingresar los visitantes que llegan en transporte público o en un vehículo particular. Este último es el medio de transporte más utilizado por las personas que acuden al MUNA. Sin embargo, no existen señales de tránsito que orienten a los conductores para que accedan al museo.
Adicionalmente, debido a que no hay un semáforo ni un cruce peatonal, las personas que llegan a pie desde Lima se exponen a un gran riesgo al tener que cruzar un vía donde a cada minuto circulan vehículos de carga pesada y a gran velocidad.
“Cruzar es riesgoso. Mucha inversión por dentro para que se vea lindo, pero afuera la entrada y salida es un peligro”, declaró a El Comercio Gustavo Loayza luego de retirarse del recinto del MUNA tras una visita.
“Los fines de semana se genera un embotellamiento en esta zona por el cementerio y el peaje que están cerca. Si un carro sale del museo y el conductor no se fija bien de los vehículos que vienen desde Lurín, puede haber un choque“, advierte una anciana que vive en Lurín y ha visitado el museo en dos ocasiones. Ella indicó que llega al museo a través de mototaxis.
Respecto al problema del acceso al MUNA, la ministra Urteaga manifestó a El Comercio que su despecho coordinará con la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) para crear un paradero y un cruce peatonal en la entrada del museo.
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