Cerca del fuego es imposible respirar. Si no se escapa a tiempo de las estructuras en llamas, pronto la persona atrapada perderá la conciencia por inhalación de humo caliente y tóxico. Un bombero solo entra a un incendio con un equipo de respiración. Es un cilindro que le envía aire a través de una manguera conectada a una máscara. El bombero tiene unos 30 minutos para acercarse al fuego. Luego debe salir. “En el humo no se puede respirar. Necesitamos aire. Si este equipo falla, es muerte en el momento”, cuenta Jimmy Donayre, uno de los bomberos que se enfrentó al incendio del Jr. Caylloma, en el Centro de Lima, el pasado 15 de diciembre.
Pero no hay equipos suficientes para todos los bomberos. Hay 7.800 voluntarios en Lima y solo unos 2.000 equipos de respiración autónoma. Es decir, hay un respirador por cada cuatro bomberos. Basándose en esa necesidad y tras cuatro grandes incendios que movilizaron a cientos de agentes en junio del 2017 (dos galerías de Mesa Redonda, una fábrica del Callao y la galería Nicolini en Las Malvinas), el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú (CGBVP) ordenó comprar 200 equipos de respiración autónoma. El problema es que estos aparatos no sirven para extinguir incendios. Son de uso industrial.
— La compra y las sospechas —El entonces comandante general del CGBVP, César Leigh, autorizó la citada compra por emergencia, es decir, sin licitación, en junio del 2017. Así lo señala el informe de auditoría N° 007-2017-2-3601, del órgano de control interno de la Intendencia Nacional de Bomberos (INB). Esta entidad, del Ministerio del Interior (Mininter), asumió las labores administrativas de los bomberos a fines del 2017.
La compra se hizo directamente a Firemec S.A.C. Los 200 respiradores costaron S/3’095.320. El 7 de agosto del 2017, el entonces jefe de la Dirección General de Operaciones de los Bomberos, Carlos Campos Valdivia, dio conformidad a la recepción de los aparatos.
Y el 4 de octubre del 2017 estos fueron distribuidos a todas las compañías de Lima y Callao. Recién en ese momento los primeros cuestionamientos comenzaban a prenderse.
Varios oficiales de los bomberos contaron a El Comercio que cada compañía recibió entre uno y dos de estos equipos modelo Air Pak 75i de la marca americana Scott Safety. Pero a las dos semanas fueron devueltos a la comandancia general.
Algunos bomberos habían encontrado el manual de este respirador, publicado por el fabricante 3M Scott en su web. En la página 2, se lee: “El respirador no debe utilizarse debajo del agua, para incendios estructurales interiores ni para otros usos no autorizados...”. El dato corrió como pólvora de compañía en compañía.
— Análisis técnico —El Air Pak 75i es un equipo de respiración de uso industrial y tiene enormes diferencias con un equipo de bomberos. Eso lo dejó claro una comisión de oficiales que evaluó la compra. Uno de ellos fue el comandante de bomberos Giancarlo Passalacqua, presidente de la Sociedad Nacional de Protección contra Incendios.
La comisión concluyó que “los equipos no presentarían los requerimientos mínimos de seguridad para operar en incendios de interior”. En líneas siguientes se dice que “no se alcanza a cumplir con los requerimientos prescritos por la norma NPFA 1981”. Esta norma de aplicación mundial da las características de un respirador de bomberos.
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Un respirador que cumple la NPFA 1981 (versión 2013) –explica Passalacqua– ha pasado pruebas de resistencia a altas temperaturas, a golpes, duración de aire y muchas más. Y también tiene mecanismos que pueden salvar a un bombero accidentado en un incendio.
Por ejemplo, tiene una alerta de hombre caído (Pass), una alerta en la máscara para indicar cuánto aire queda (Huc), una válvula para compartir aire con un bombero accidentado (válvula RIC) y una alerta cuando queda 1/3 de aire en el cilindro. Estos cuatro mecanismos que son de vida o muerte para un bombero no los tiene el Air Pak 75i. Passalacqua, quien apaga incendios desde hace 31 años, dice que no entraría ni ordenaría que sus hombres ingresen a un incendio con un equipo que no tiene una alerta de hombre caído.
“¿Por qué darles a los bomberos equipos que son del siglo pasado? Estos se usaron antes porque sí te dan aire, pero hay bomberos que murieron a falta de mecanismos de seguridad [ver infografía] y por eso se pusieron en las nuevas versiones. ¿Por qué nos quitan oportunidades de salir vivos de ahí?”, dice Passalacqua.
— Descargos y pagos—La empresa que vendió los 200 equipos, Firemed S.A.C., asegura que estos cumplen con las especificaciones técnicas requeridas por el CGBVP. Según Carlos Zapata, gerente de la firma, la entidad de bomberos no les ha enviado ninguna carta ni han sido notificados de ninguna denuncia.
Más bien, Zapata mostró a El Comercio cartas enviadas por el fabricante Scott Safety al CGBVP. En estas, la empresa estadounidense asegura que los equipos sirven para “la lucha contraincendios”. Pero, entonces, ¿por qué los manuales publicados por el fabricante señalan que el Air Pak 75i no debe usarse en “incendios estructurales interiores”?
Pese a esto, es extraño que en los manuales impresos que Firemed dio a los bomberos junto a los equipos se omitiera que estos equipos son de uso industrial. ¿Alguien borró o modificó estos documentos?Según Carlos Zapata, de Firemed, ellos entregaron los manuales que les envió la fábrica. –¿Por qué los equipos vendidos no tienen alerta de bombero caído?, le preguntamos.–“Porque son más económicos. Hemos vendido el equipo de acuerdo con las bases”, respondió.
Sin embargo, la semana pasada, un ingeniero de Firemed fue grabado con cámara oculta cuando explicaba que el Air Pak 75i es industrial y no para bomberos.
Pese a las sospechas, los equipos fueron pagados en los primeros días de febrero del 2018 por la INB. El entonces titular de esta institución, Peter Gonzales, dice que los S/3 mlls. se cancelaron a Firemed pese a que él había ordenado que no se hiciera el desembolso. “Lo hicieron en cuotas para que no me dé cuenta [...]. Esta compra [hecha antes de que asuma la INB] estaba orientada hacia esta empresa, y para comprar esos equipos a pesar de que no son para bomberos”.
Duilio Nicolini, inspector general del Cuerpo de Bomberos, dijo que este caso ya es investigado por el Ministerio Público y confirmó que los 200 respiradores están internados en un almacén de los bomberos en San Miguel. “[Siento] indignación. Los bomberos vamos voluntariamente a realizar una labor y no es posible que nos den un equipo industrial para algo que no va a ser industrial. Es un desprecio por la vida del bombero”, dijo.
Enterado de este reportaje de El Comercio, el ministro del Interior, Carlos Morán, ordenó intervenir la Intendencia Nacional de Bomberos para auditar este caso y todas las compras hechas para los bomberos entre el 2017 y el 2018. Morán dijo: “Es un hecho criminal que pone en riesgo la vida de los bomberos [...]. Esto no se va a quedar así. El presidente Martín Vizcarra es bombero y tiene mucho cariño por la institución. Tenemos que desterrar estas prácticas”