La farmacéutica CureVac empezó el mes pasado con los ensayos clínicos de su candidata a vacuna contra el COVID-19, lanzando su convocatoria para contar con la participación de los voluntarios nacionales. El estudio involucraría entre 8.000 y 10.000 personas en Perú, aunque a nivel global el laboratorio alemán hará pruebas a un total de 36.000 personas, señaló la investigadora Theresa Ochoa a la agencia Andina. Ella es la investigadora principal del estudio en el país y dirige el Instituto de Medicina Tropical Alexander von Humboldt de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
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Para la creación de su vacuna, CureVac usa el método del ARN mensajero, al igual que la vacuna de Pfizer/BioNtech. Esta molécula aparece cuando se copia un tramo de ADN y transporta esta información a la parte de las células donde se fabrican las proteínas de nuestro cuerpo. Los virus de ARN usan el mismo mecanismo para infectar una célula humana y producir copias de su propio código genético y replicarse en nuestro cuerpo.
En el caso de CureVac se deben aplicar 2 dosis con 28 días de diferencia. Para participar del estudio clínico, las personas debían ser mayores de 18 años, tener buen estado de salud y que no hayan dado positivo en la prueba de hisopado de coronavirus.
El Comercio se comunicó con dos participantes del ensayo de este laboratorio para conocer los procedimientos que debieron cumplir.
Protocolos a cumplir
Ana Cecilia Deustua se enteró de la convocatoria de CureVac a través de una amiga. Ella decidió participar, por lo que envió un ´whatsapp´ al número que aparecía en la publicación. Luego, por el mismo medio, recibió el formulario para entrar al ensayo clínico.
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Dos semanas después, los encargados del estudio se comunicaron con Deustua para hacerle una entrevista telefónica. En ella le preguntaron por temas de salud, por ejemplo, si tenía alguna comorbilidad que le impidiera participar del ensayo de CureVac.
Días después recibió la confirmación de que sería parte del estudio clínico. “Me citaron para el lunes 15 de febrero en una clínica que está en Honorio Delgado, en San Martín de Porres. Primero me hicieron un examen médico, de ahí me hicieron una prueba de sangre y una prueba de antígenos para detectar si tenía COVID-19”, le contó a El Comercio.
Ese mismo día le aplicaron la dosis experimental de Curevac. No se conoce si fue la candidata a vacuna o el placebo.
Ana Cecilia comentó que es monitoreada todos los días a través de WhatsApp para conocer si tiene algún efecto secundario; además, debe completar un formulario en una aplicación del teléfono cada 4 días.
Hasta el momento, Deustua no ha tenido ningún malestar a causa de la inoculación. Asimismo, precisó que le interesó participar del estudio “no para estar primera en la cola como han dicho muchos, sino hacer que haya una cola. Necesitamos que haya más filas para que todos nos vacunemos. Para que haya filas, necesitamos las vacunas, y por eso es importante participar de los ensayos”
Por su parte, Manuela Núñez comentó a este Diario que encontró la convocatoria del ensayo de CureVac en un medio digital. “Estaba bien atenta [a la convocatoria], porque tenía una amiga que era voluntaria de Sinopharm, pero en ese momento me dio miedo. En ese momento pensé que nunca vendrían las vacunas y dije ´esta es mi oportunidad´”, indicó.
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Asimismo, Núñez señaló que antes de inscribirse investigó sobre la farmacéutica y descubrió que esta había sido una de las pioneras, a pesar de su demora en elaborar las vacunas.
“Pregunté a un familiar que ha trabajado en una farmacéutica importante y me afirmó que CureVac era una empresa seria. Además, los alemanes tienen un estándar de calidad bastante alto”, aseguró.
Manuela se llegó a inscribir y, como en el caso de Ana Cecilia, también le hicieron una entrevista por teléfono de 20 minutos aproximadamente, en la que le consultaron sobre su estado de salud. “Después me llamaron y me convocaron para mi cita que fue el lunes 1 de febrero”, señaló.
Ambas participantes tuvieron que firmar un consentimiento informado que se les detalló el día de su cita para aclarar cualquier duda.
Tras la revisión médica, inocularon a Manuela. En la noche de ese mismo día, ella empezó a tener sentir malestar en todo el cuerpo. “Se me cortó el cuerpo. El martes amanecí con fiebre y escalofríos. De ahí hasta el viernes tuve dolor de cabeza, pero se podía tratar con paracetamol”, aseguró.
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Debido a esto, Manuela Núñez fue monitoreada más de cerca. La llamaron dos veces al día durante la primera semana para ver cómo evolucionaba su estado de salud. El sábado de esa semana ya se encontraba recuperada y hasta el momento no ha presentado ninguna complicación.
“[Los encargados del estudio de CureVac] están muy pendientes de los voluntarios”, finalizó la voluntaria.
Aclaración de Curevac
Tras el ‘Vacunagate‘, en un comunicado [ver al final de la nota],Theresa Ochoa subrayó que los ensayos clínicos de CureVac son independientes, “con un protocolo, patrocinador y equipo de investigación diferentes” a los del estudio de Sinopharm.
Además, señaló que no se ha recibido vacunas adicionales “para ningún fin ajeno al ensayo clínico”, solo se han recibido las designadas para los voluntarios del estudio de la vacuna de CureVac contra el coronavirus.
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