El temblor de magnitud 5.3 registrado la madrugada de hoy en Lima (a 28 km al noroeste de Canta) fue el sismo número 680 que ocurre en el Perú en lo que va del año. La estadística del Instituto Geofísico del Perú (IGP) da cuenta que todos los días se sienten al menos dos movimientos telúricos, sin contar con aquellos no percibidos por la población. En un país donde el silencio sísmico frente a la costa central lleva una acumulación de energía de 277 años, los recordatorios de nuestra vulnerabilidad son constantes, aunque no siempre atendidos.
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A diferencia de otros años, entre enero y noviembre no se han registrado sismos de magnitud superior a 6 en el país. El que más se le acercó fue el movimiento de magnitud 5.8 reportado el 23 de junio en Pucallpa, Ucayali. En la costa norte, sin embargo, sí hubo dos sismos que causaron daños pese a que el epicentro se localizó en Ecuador: el sismo de magnitud 6.7 ocurrido el 18 de marzo a 85km al NE de Zarumilla, que provocó la muerte de una niña de 4 años y daños en infraestructura pública y privada, y el de magnitud 5.8 del 25 de abril, situado en el mismo lugar.
De acuerdo con el reporte del Centro Sismológico Nacional (CENSIS), la región con mayor actividad sísmica es Arequipa, donde se han registrado 226 movimientos telúricos este año. El más fuerte, de M5.5, sucedió el 5 de marzo a 18 km al este de Atico, Caravelí. Le siguen los departamentos de Lima (65), Ucayali (40), Tacna (37), Ica (23) y Ancash (21). Junio fue el mes con mayor cantidad de eventos sísmicos del año hasta ahora: 96. Además, durante el 2022 hubo 807 sismos y en el 2021, 834.
El último temblor, reportado a las 1:37 horas del 29 de noviembre, con una profundidad de 112km e intensidad de nivel IV Canta, se sintió con más fuerza en los distritos de Ancón, Ventanilla, La Molina, Rímac, San Juan de Lurigancho y Villa María del Triunfo.
El anterior a este, reportado también en la región Lima, aunque de menor magnitud (4.5) tuvo un sacudimiento de suelo incluso mayor en algunas zonas debido a que su profundidad fue de 45 km. En La Rinconada, en La Molina, se registraron aceleraciones de hasta 23.54 cm/s2.
Para entender este concepto, Hernando Tavera, presidente ejecutivo del IGP, explicó en notas previas de la campaña Estemos Listos de El Comercio, que el sacudimiento del suelo se relaciona con el tipo de material. En una misma ciudad las ondas sísmicas pueden amplificarse en suelos de arena, arcilla o relleno. También depende de la proximidad con el epicentro.
Durante el terremoto de Pisco del 2007, la mayoría de distritos de Lima se sacudieron con niveles de aceleración de un promedio de 80 cm/s2, pero la estación acelerométrica de La Rinconada, en La Molina, marcó 110 cm/s2. En Ica, región del epicentro, la aceleración llegó a los 400cm/s2.
Silencio sísmico frente a Lima
En la costa peruana se han identificado al menos tres áreas con importante acumulación de energía sísmica, también conocidas como asperezas o Zonas de Máximo Acoplamiento Sísmico, formadas por el proceso de subducción de las placas. La más importante de estas, por el tamaño y magnitud esperada, se ubica frente a la costa central del Perú, abarcando Lima y parte de Áncash e Ica, con una longitud de 460 km (área de 460 x 150 km2). De acuerdo con estudios realizados por el IGP, cuando se desacople provocaría un sismo de M8,8. El último gran sismo de M8,8 en Lima sucedió en 1746.
Las otras dos grandes ZMA están frente a las regiones Ica-Arequipa, con un área de 150 x100 km2 que produciría un sismo de magnitud M7,9; y frente a las regiones Moquegua - Tacna, de 210 x 130 km2 que produciría un sismo de magnitud M8,2.
En este especial de la campaña #EstemosListos de El Comercio conoce más información sobre cómo prepararte para reducir riesgos.
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