Como si fuera su chacra. Estacionadas en fila, algunas en mitad de la pista y con “jaladores” que llaman a viva voz a los potenciales pasajeros. Decenas de minivanes que realizan el servicio de taxi colectivo se han adueñado de un tramo de la calle De las Letras, a espaldas de la Biblioteca Nacional, en el distrito de San Borja. Si bien esta situación no es nueva, ha escalado tanto que ha llegado al extremo de establecerse un “paradero oficial” en esta zona. Es decir, la normalización de la informalidad en el transporte.
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Según pudo comprobar El Comercio en un recorrido por el sitio, existen dos puntos principales de recojo de pasajeros: cruce de calle De Las Letras con Av. De la Poesía y cruce de calle De Las Letras con Av. Aviación. Asimismo, se puedo observar que algunas minivanes optan por situarse a mitad de cuadra o incluso se estacionan en una zona de parqueo.
Buena parte de las personas que abordan este tipo se servicio son las que salen de la estación La Cultura de la Línea 1 del Metro y las que llegan en transporte tradicional (micros y cústers) hasta el cruce de Aviación con Javier Prado, a solo una cuadra de distancia del “paradero oficial” de minivanes.
Una vez llenos de pasajeros, los vehículos parten. Para ello no ven mejor manera que dar la vuelta en U en la misma vía, algo que está totalmente prohibido, y que además ocasiona tráfico y congestión en este punto. Su recorrido inicia en calle De Las Letras. Pasan por las avenidas Javier Prado, Sánchez Carrión hasta llegar a Faucett. En tanto, otros colectivos llegan hasta el Óvalo de La Perla.
Los rangos de horario con mayor presencia y frecuencia de minivanes en su “paradero oficial” son de 7 a 9 de la mañana y de 5 y 30 a 8 y 30 de la noche. Este Diario comprobó que las unidades también dejan pasajeros en dicha zona, lo que muestra que hacen un servicio de ida y vuelta.
Cabe precisar que se trata de todo un sistema complejo de la informalidad, pues cuenta con algunas personas apostadas en las esquinas que fungen como “fuerza de choque” ante cualquier operativo o presencia no deseada, y otras que se ubican en la avenida Aviación y a la salida de la estación La Cultura, desde donde “jalan” personas hasta la calle De Las Letras para que suban a las minivanes.
En cuanto a la diferencia a nivel estructural entre los autos colectivos y las minivanes es que los primeros cuentan con una capacidad aproximada de 5 a 7 pasajeros, mientras que en los segundos pueden ingresar entre 9 a 15 personas. Es decir, estos últimos cuentan con una mayor capacidad para el traslado de de pasajeros y manteniendo una similar tarifa.
Medidas tomadas por el municipio
Consultada por esta situación, la Municipalidad de San Borja comunicó que en reiteradas oportunidades ha solicitado el apoyo de la Policía Nacional y de la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) para erradicar esta invasión de vehículos informales dedicados al taxi colectivo en San Borja.
Indicó que en realidad se trata de mafias organizadas que controlan este ilegal negocio de transporte, las cuales han amenazado, incluso con armas, al personal de Fiscalización del municipio y de la ATU.
La comuna señaló que su personal ha venido trabajando y tratando de contrarrestar la problemática a través del cierre de calles, el pintado y la señalización de las vías “con el fin de evitar la aglomeración de vehículos piratas que ponen en peligro a nuestros vecinos, personal de la municipalidad y usuarios”.
“Se está solicitando a la Gerencia de Movilidad Urbana de la Municipalidad Metropolitana de Lima el cambio de sentido de circulación de este a oeste de la calle De las Letras”, resaltó.
Agregó que el año 2023 se sancionó a 2.533 infractores, mientras que de enero del 2023 a la fecha se hizo lo propio con 3.780 vehículos, así como con 1.227 vehículos mediante la fiscalización electrónica.
¿Qué acciones ha tomado la ATU?
La ATU precisó a El Comercio que viene ejecutando acciones de fiscalización de forma constante en los diferentes puntos donde se realiza el servicio de colectivo en la ciudad, de forma articulada y en cooperación con la Policía Nacional y las municipalidades respectivas. Este es el caso de lo que sucede en San Borja, destacó.
En ese sentido, comentó que en lo que va del 2024 se han llevado a cabo 1.642 operativos de fiscalización en la Av. Javier Prado, dirigidos a mitigar la competencia desleal en esta vía. Asimismo, indicó que esta fiscalización también se da en puntos fijos, como en la Av. de la Poesía con Javier Prado, a través de una estrategia disuasiva por parte de fiscalizadores.
Como resultado de las acciones de fiscalización en la Av. Javier Prado, la ATU detalló que ha impuesto 802 actas de fiscalización, de las cuales 614 son por prestar servicio sin contar con la Autorización de Servicio, cuya multa representa S/20.600 (4 UIT); además, informó que se ha internado a 275 vehículos en sus depósitos como medida preventiva.
“Se viene implementando la fiscalización mediante medios electrónicos, utilizando los centros de monitoreo de las Municipalidades bajo convenio de cooperación institucional, a efectos de captar a través de sus cámaras evidencia fílmica y fotográfica de las infracciones contra la normativa de transporte y consecuentemente iniciar procedimiento administrativo sancionador a los propietarios de los vehículos que prestan servicio de manera informal”, añadió la entidad.
Vale decir que un días después de consultar a la ATU sobre el paradero informal de minivanes en calle De las Letras, personal de dicha entidad fue desplazado desde temprano a la zona a fin de evitar la presencia de colectivos y que estos recojan pasajeros. También colocaron conos para no permitir que se estacionen.
Consultada sobre cómo hacer que las medidas perduren en el tiempo y no recrudezca el servicio de taxi colectivo en este y otros puntos de la ciudad, la ATU sostuvo que sus acciones serán acompañadas con propuestas regulatorias y fiscalización en cooperación con las municipalidades de Lima y Callao.
“Se continuarán con estrategias de fiscalización en campo y mediante medios electrónicos conducentes a la mitigación del transporte informal y el cumplimiento de las normativas de transportes”, respondió.
Origen del problema
Para Luis Quispe, fundador de la ONG Luz Ámbar, el problema del transporte informal ha desbordado la capacidad de las autoridades competentes. En el caso del taxi colectivo, dijo que aparece como alternativa a un servicio de transporte formal que no se da abasto y no puede satisfacer la exigencia de la demanda.
En el caso de los corredores complementarios, por ejemplo, comentó que falta perfeccionar su servicio, pues no tienen suficientes buses y así se les es imposible atender la demanda de viaje. Esta es una de las razones, sostuvo, de que haya autos colectivos en las vías de los corredores.
“Se trata de un servicio (el taxi colectivo) que atiende a los pasajeros que no reciben una atención adecuada por parte de un transporte público formal. Tenemos apenas 785 buses de los corredores complementarios, y estos no tienen una frecuencia establecida. Es decir, el intervalo de tiempo entre un vehículo y otro no está definido y el usuario se cansa de esperar”, explicó Quispe.
Lo mismo pasa con otros servicios como el Metropolitano y el transporte tradicional de combis y custers. Ese último es el más deficiente y no cumple con los estándares de un buen servicio. “Lamentablemente en los últimos 30 años poco o nada se ha hecho por implementar un sistema integrado de transporte”, expresó el experto.
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Respecto a los operativos de la ATU, dijo que solo se trata de paliativos, de medidas temporales que pueden durar horas o días, nada más, pero que la problemática va a seguir en tanto no se tome la decisión de implementar el sistema integrado de transporte de una vez por todas, aunque no la manera que lo viene haciendo la entidad, dijo Quispe.
“Desde que se inició la gestión se ha querido hacer o se quiere hacer el cambio a un sistema integrado pero contemplando a las combis y custers que hay actualmente. Eso es imposible, no tienen solvencia ni garantía de nada”, refirió el especialista.