El sol y la luna preguntan por l. El toro, el ave, la montaa, el rbol, y las hierticas figuras del hombre y la mujer, todos elementos caractersticos de su pintura, se nos revelan hoy hurfanos tras la muerte de Venancio Shinki (Supe, 1932-Lima, 2016). El maestro de 84 aos, ya con la salud quebrada en los ltimos aos, se mantuvo al pie del caballete hasta el final. Dice la crtica de arte lida Romn que la pintura de Shinki, fallecido el jueves por la madrugada, puede compararse con un diario ntimo encriptado, a disposicin de todo posible descifrador. Nosotros podramos agregar que las primeras lneas de esa bitcora estn basadas en los recuerdos de su infancia, vivida en la hacienda Llamachupan, en la provincia de Ocros, departamento de ncash. El hijo de Filomena Huamn y de Kitsuke Shinki, inmigrante japons natural de Hiroshima, recordara siempre la persecucin familiar a causa de su origen en los aos de la II Guerra. Sin embargo, tambin conserv el recuerdo grato del colegio japons en la hacienda San Nicols, donde encontr en un libro de artes y manualidades las tcnicas para hacer origami y fabricar muecos de arcilla. All, un nio descubri fascinado lo que era el arte, y con l, cmo poda protegerse del odio y la discriminacin.
EN EL CAMINO
Tras la muerte de sus padres, Shinki lleg a Lima en 1947, para entrar a trabajar como aprendiz en el estudio fotogrfico de Shigetsugu Umezaki. En 1954, ingres a la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde tuvo como maestro a Juan ManuelUgarte Elspuru y como compaeros de promocin a Enrique Galdos Rivas, Milner Cajahuaringa y Carlos Bermdez. Culmin sus estudios en 1962, alcanzando la medalla de oro de su promocin y el Premio de Pintura Srvulo Gutirrez. Dos aos despus, realiz su primera individual en la galera Art Center, y logr con ello el temprano reconocimiento de la crtica. En 1966, obtuvo el Premio Bienal Tecnoqu- mica, que consolid su espacio en la escena local. Durante esos aos, su obra se enmarcaba en el expresionismo abstracto. Sin embargo, a fi nes de la dcada del 60 experiment un progresivo retorno a una figuracin cargada de simbolismo. En los 70, el artista viajara constantemente por Europa y Estados Unidos, descubriendo con fascinacin el arte clsico italiano, y sobretodo el patrimonio arquitectnico de la antigua Roma. As, las ruinas del Coliseo y las columnas de los templos de mrmol seran convertidos en una de sus fuente de inspiracin.
OBSERVADOR SABIO
Cuando se le preguntaba al maestro cunto tiempo le tomaba pintar un cuadro, Shinki asuma, sencillo, su rapidez. Para algunos, no necesitaba ms de dos das. Lo que me demora explicaba es la meditacin previa antes de lanzarme de lleno a la tela. En efecto, la suya era la meditacin del haijin, el autor del hayku, tradicional forma potica japonesa que buscaba alcanzar el satori, la iluminacin zen. Al igual que en la poesa nipona, la pintura de Shinki naca de la contemplacin silenciosa de la naturaleza, un conocimiento intuitivo que beba tambin del paisaje de su infancia, El pedazo del callejn donde viv, afirmaba l. En su tradicin mestiza, combinacin de lo andino, lo oriental y lo clsico, el artista expres los sentimientos ms profundos de forma lacnica, plasmando desiertos de profundas resonancias simblicas.
EL LEGADO LTIMO
Al entrevistarlo das antes de una exposicin, mientras veamos juntos los cuadros que Shinki an no haba enviado a la galera, le coment al maestro que se haba hecho esperar. Siempre he pensado lo contrario, retruc con melancola. Y aadi: El ambiente plstico local es un poco ingrato con sus figuras. Qu galera propone una muestra de Alberto Dvila, de Ricardo Grau, de Ricardo Snchez, de Sabino Springett?. Al rato, terminada la entrevista, como quien confiesa una dolorosa certeza mientras tombamos el caf, me confi en voz baja: Tengo la sensacin de que se han olvidado de m. Mejor dicho, de que nadie espera por mi trabajo.
Por supuesto, el pintor se equivocaba. La obra de Shinki, que conoci el xito de pblico y crtica desde sus primeros aos de carrera, mantuvo un enorme inters tras dcadas de continuas reinvenciones. Pero ms all de su alta cotizacin y renombre ganado a pulso, el legado del maestro queda asociado para siempre con la autenticidad en el oficio y la bsqueda de s mismo en los callejones de la infancia.