Como Superman, Andrea Letamendi tiene un trabajo normal.
Durante el día, esta psicóloga clínica trabaja con la Universidad de California atendiendo a familias predominantemente hispanas en el Condado de Los Ángeles, Estados Unidos, asegurándose de que estén recibiendo un buen tratamiento.
Pero luego, esta descendiente de ecuatorianos se cambia la bata por una capa y se convierte en la psicóloga de los superhéroes.
Soy profundamente fanática de los cómics, la ciencia ficción y la fantasía, y esto me permite combinar mi profesión y mi hobby, confiesa Letamendi en conversación con BBC Mundo.
El trabajo al que me dedico puede ser muy oscuro y tiene un tono profundo y pesado. Así que, cuando lo hago con personajes de ficción, como lo hago de una manera desenfadada, me permite tener un descanso de la realidad, que necesito.
Pero esa no es su única razón.
Cuando analizo personajes de ficción, no sólo quiero educar a la gente sobre enfermedades psicológicas serias, sino también normalizar: estas condiciones son muy comunes, así que no debe haber ningún estigma al respecto.
Y qué mejor manera que llamar la atención que el hecho de que nuestros superhéroes las padecen.
IRON MAN Déjame dar un ejemplo, ofrece la psicóloga. Iron Man, que está tan presente por la película que acaba de salir, es un personaje complejo. El alter ego es Iron Man, pero Tony Stark es un ser humano: a diferencia de otros superhéroes no tiene superpoderes.
En sus más recientes encarnaciones, ha estado sufriendo de ataques de pánico debilitantes, que en la película son representados frecuente y realísticamente. Al menos en tres ocasiones lo vemos congelado, incapacitado por estos ataques.
Cuando BBC Mundo le pide el diagnóstico, Letamendi aclara que evita marcar a los personajes con un diagnóstico pues en mi profesión hacen falta muchas sesiones, evaluaciones, pruebas profesionales estandarizadas antes de determinar algo así.
No obstante, señala, tiendo a conjeturar. Dada la constelación de síntomas que presenta como pesadillas, pensamientos intrusivos recurrentes, evasión del evento traumático, hipervigilancia y esos episodios de pánico, si fuera mi paciente yo consideraría que estrés postraumático (TEPT) es un diagnóstico potencial.
BATMAN Otro ejemplo de un superhéroe que es humano es Batman toda una súperestrella en el panteón de estos seres extraordinarios y su dolor, particularmente en sus versiones recientes, está a flor de piel.
Su origen es resultado del brutal asesinato de sus padres, que presenció cuando era niño. Difícil encontrar una ilustración de trauma más clara, le sugiere BBC Mundo a la experta.
Bruce Wayne es mi ejemplo de resiliencia (capacidad de sobreponerse al dolor emocional y traumas): experimenta un evento extremamente traumático y en vez de permitir que lo abrume completamente hasta quedarse sin razón de vivir, tiene uno de los trabajos más importantes de la ciudad, responde.
Como psicóloga, yo sé que eso no es raro. He tratado a gente que después de combatir, después de eventos como el 11-S o las recientes guerras, en los que han vivido muchísima adversidad, no sólo son capaces de sobreponerse sino que se fortalecen.
Uno de los aspectos interesantes de Batman es que la ciudad en la que vive desde que matan a sus padres sigue siendo amenazante, atemorizante un lugar que refleja el miedo como lo siente un niño, no un sitio desde la perspectiva de un adulto.
Gotham City o Ciudad Gótica es todo un personaje, comenta entusiasmada Letamendi.
Es un mundo que no existe pero que todos podemos identificar: un lugar extremadamente empobrecido, aterrador, violento, en el que la gente inocente necesita que la defiendan. Y es lo que le da un propósito a Batman: si no tuviéramos a Gotham City, ¿qué haría Batman?.
Pero esa ciudad imaginaria parece ser otra muestra de que, si bien es cierto que Batman no se dejó vencer por lo que le ocurrió, también lo es que no lo ha dejado atrás: su vida está regida por un dolor que quizás ya debía haber aprendido a manejar para poder vivir una vida más normal.
Eso es algo que algunos fans y psicólogos se preguntan, señala.
¿Indica la presencia de un desorden mental? Insisto en que requiere de evaluaciones profesionales exhaustivas llegar a ese tipo de conclusiones.
Pero es cierto que vive con sentimientos de culpa, dolor y soledad una soledad extrema.
Yo no diría que es perfecto, ni perfectamente normal, ni perfectamente sano, pero hace todo lo que puede a pesar de lo que le pasó.
BATGIRL Así como Bruce Wayne, Barbara Gordon tuvo una experiencia traumática, pero a diferencia de él, no era una niña. No sólo ya era una joven sino que además ya era Batgirl.
Ocurrió en un momento de su vida en el que se había alejado de su rol de superheroína, estaba pasando un tiempo con su familia se podría decir que se había retirado. Fue atacada en su hogar por el Joker o Guasón, villano de Gotham City.
Como en el caso de Batman, de este personaje se ha venido escribiendo durante varias décadas, pero en el último par de años, su historia ha sido reconcebida, tornándose en una de las más inspiradoras de todos los títulos de DC Comics por lo menos para mí, señala Letamendi.
La razón es que ella experimenta esta herida psicológica y física y, en los cómics, la vemos recuperándose de ambos: durante el último año ha estado yendo a rehabilitación física pero también tiene terapia en la que una psicóloga la cuestiona sobre qué se siente al ser atacada y cómo se siente ser física y personalmente violada.
Y esa psicóloga está inspirada nada menos que en Andrea Letamendi, quien ha asesorado a la escritora de cómics Gail Simone. De hecho, el nombre de la doctora ficticia es el mismo que el de la entrevistada por BBC Mundo.
Para mí es muy especial pues veo a mi profesión representada en esos cómics respetuosa, valiosa y acertadamente, lo que siempre es muy importante.
Al final, lo que me interesa es educar a la gente respecto a la psicología y que borremos el estigma de los problemas psicológicos, pues no son raros y es importante que la gente reconozca las señales y síntomas y que sepa que hay quién les ayude.
Ver a un superhéroe sentado en el consultorio de un terapista recibiendo ayuda por un problema psicológico, es increíblemente inspirador para mí.
EN EL DIVÁN El problema es que si Andrea Letamendi tuviera la oportunidad de tener a Iron Man o Batman en el diván y los tratara con éxito, quizás dejarían de ser superhéroes un dilema que BBC Mundo no puede resistir plantearle.
Es una pregunta válida. Ciertamente es algo que los motiva, dice pensativa.
Yo solía tratar a soldados que retornaban de Iraq y Afganistán con heridas físicas y emocionales. Uno se da cuenta de que enfrentar el peligro es su trabajo: para eso fueron entrenados. La idea de meterse en territorio peligroso, armados, de proteger a los otros, es lo que hacen y fuera de ese entorno, algunos, pierden su norte, cuenta, mientras considera su respuesta.
Algunos me decían: Estoy en EE.UU., feliz de estar vivo, con mi familia, pero no me voy a sentir normal hasta que no me vuelvan a mandar (a los lugares de combate), recuerda.
¡Yo no sé si yo querría curar a estos superhéroes! Tienen esta motivación intrínseca que los lleva a proteger, concluye.
Pero si alguno está realmente sufriendo y me dice no quiero seguir teniendo estos episodios, yo los ayudaría a sentirse mejor, recapacita.