Hace cientos de años, mucho antes de los eventos narrados en la trilogía de “El Señor de los Anillos”, el reino de Rohan enfrentaba una amenaza inminente. Helm Hammerhand, el legendario rey de los rohirrim, lideró a su pueblo en una lucha desesperada por defender sus tierras de un enemigo implacable. En el corazón de esta epopeya se encuentra la creación del Abismo de Helm, una fortaleza que se convertiría en un símbolo de resistencia y valentía, y que fue inmortalizada en la película de Peter Jackson, “El Señor de los Anillos: Las dos torres”.
Esta historia es la que da vida a la película animada “El Señor de los Anillos: La Guerra de los Rohirrim”. Dirigida por Kenji Kamiyama y producida por New Line Cinema y Warner Bros. Animation, esta cinta buscó explorar un rincón inédito del vasto universo creado por J.R.R. Tolkien, esta vez combinando técnicas de animación japonesa con la rica narrativa tolkieniana, en un esfuerzo por ampliar la mitología que ha cautivado a millones.
El proceso de producción, que llevó varios años, se concibió como una apuesta audaz para revivir la franquicia y captar tanto a fanáticos de antaño como a nuevas audiencias. Sin embargo, las expectativas no se materializaron en la taquilla. Con una recaudación de 10.3 millones de dólares a nivel mundial frente a un presupuesto de 30 millones, “La Guerra de los Rohirrim” se convirtió en el mayor fracaso financiero de la franquicia.
El pobre desempeño económico dejó en evidencia la desconexión entre la propuesta y las audiencias. Aunque las promesas de una narrativa épica y un estilo visual innovador atrajeron interés inicial, el formato animado y la falta de promoción efectiva alejaron al público general. Además, la crítica señaló que, aunque visualmente impactante, la película carecía de la profundidad narrativa y emocional que caracterizó a las trilogías de Peter Jackson, lo que terminó reflejándose en la taquilla.
Una victoria a futuro
A pesar del revés financiero, el estreno de “La Guerra de los Rohirrim” cumplió un objetivo estratégico crucial: permitir que New Line Cinema y Warner Bros. retuvieran los derechos cinematográficos de las obras de Tolkien. Según las cláusulas contractuales, la producción de una nueva película dentro de un período determinado es esencial para mantener dichos derechos, evitando que sean adquiridos por competidores como Amazon, que ha incursionado -también sin el éxito esperado- en el universo de la Tierra Media con la serie “Los Anillos de Poder”.
La historia de los derechos cinematográficos de “El Señor de los Anillos” es tan intrincada como la propia mitología de la Tierra Media. En 1968, J.R.R. Tolkien vendió los derechos de adaptación a United Artists, pero estos fueron revendidos en 1976 a The Saul Zaentz Company, que creó Middle-earth Enterprises para gestionarlos. Bajo este acuerdo, se produjeron las aclamadas trilogías de “El Señor de los Anillos” y “El Hobbit” por parte de New Line Cinema, una división de Warner Bros.
Aunque Middle-earth Enterprises poseía los derechos principales, New Line Cinema obtuvo licencias para desarrollar las películas. Este acuerdo permitió que Warner Bros. produjera las exitosas adaptaciones de Peter Jackson, que recaudaron miles de millones de dólares y se consolidaron como hitos del cine fantástico. Sin embargo, los derechos estaban sujetos a cláusulas que requerían producciones periódicas para evitar que revirtieran a los herederos de Tolkien o fueran adquiridos por otros estudios.
En 2022, Embracer Group, una compañía sueca de entretenimiento, adquirió Middle-earth Enterprises, obteniendo los derechos sobre las obras de Tolkien para adaptaciones cinematográficas, televisivas y de merchandising. Este movimiento generó incertidumbre sobre el futuro de las películas, pero Warner Bros. y New Line Cinema conservaron la licencia activa gracias a “La Guerra de los Rohirrim”.
Con este lanzamiento estratégico, Warner Bros. no solo asegura su permanencia en la franquicia, sino que también abre la puerta a nuevos proyectos. Uno de los más esperados es “The Hunt for Gollum”, programado para 2026 y dirigido por Andy Serkis, quien retomará su icónico papel como Gollum. Este filme explorará eventos previos a la llegada de Frodo a Rivendel, con la posibilidad de incluir a personajes como Gandalf y Aragorn, además de ser el siguiente paso para expandir el universo de “El Señor de los Anillos”.
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