Nunca olvidaré la profunda impresión que me causó “¡Arriba los corazones!” (Haute les coeurs!, 1999), primer largo de ficción de la realizadora francesa Solveig Anspach. Era la historia de una mujer joven que espera su primer hijo, y, a la vez, recibe la noticia de que tiene cáncer de mama. Algunos médicos le aconsejan abortar. Pero ella decide correr el riesgo de iniciar un tratamiento alternativo, sugerido por otros doctores.
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Si menciono la cinta de Aspach, es a raíz del estreno reciente, vía Netflix, de “Fragmentos de una mujer” (dirigida por el húngaro Kornél Mundruczó, producida por Martin Scorsese, y protagonizada por Vanessa Kirby). Hay muchas resonancias entre ambas películas. En la de Munfruczó también se trata de la lucha de una mujer por dar a luz, solo que aquí el parto no es el punto final de la historia, sino el punto de partida.
En efecto, “Fragmentos….” empieza con un prólogo de media hora que invierte, sorprendentemente, la lógica promedio de una ficción dramática. De alguna manera, empezamos a ver la cinta desde el clímax que supone un parto problemático; debido a una decisión previamente tomada, Sean y Martha —Shia LaBeauf y Kirby— quieren que su hijo nazca en casa, de forma natural y con la ayuda de una matrona (Molly Parker).