Sara Montiel, considerada un mito del cine para toda una generación de españoles y la primera actriz ibérica que triunfó en Hollywood, falleció el lunes en Madrid. Tenía 85 años.

Montiel, cuyo nombre de pila era María Antonia Abad, murió en su domicilio de la capital española tras sufrir un desvanecimiento sin que de momento hayan trascendido las causas definitivas del deceso, informó su biógrafo Pedro Villora.

Actriz y cantante, Montiel protagonizó medio de centenar de películas. Fue ícono de belleza para toda una generación. Vivió una agitada vida amorosa y se hizo famosa por fumar puros en el escenario cuando cantaba.

Inició su carrera en México a finales de los años 40 con cintas tan exitosas como Cárcel de mujeres. Pronto dio el salto a Hollywood, donde rodó un papel secundario en el mítico western Vera Cruz de 1955 junto a actores como Gary Cooper y Burt Lancaster.

Su segunda película en Estados Unidos fue el musical Serenade, en el que participaron el tenor Mario Lanza y estrellas como Joan Fontaine y Vincent Price.

En su país natal, donde apenas había gozado de éxito antes de viajar a México, Montiel saltó al estrellato con El último cuplé en 1957, una de las películas más taquilleras de la historia del cine español. Por su siguiente obra, La Violetera, llegó a cobrar más de un millón de dólares, algo insólito en aquellos tiempos.

Tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975, Montiel aparcó el cine y se volcó en su faceta musical, protagonizando espectáculos de variedades en teatros y televisión.

Una de sus señas de identidad era la de fumar puros en el escenario, un hábito que en aquel entonces parecía reservado solo a los hombres. Montiel contó que fue el escritor Ernest Hemingway quien le enseñó a fumar.

Estuvo casada con el director de cine estadounidense Anthony Mann. También contrajo matrimonio con dos empresarios españoles. Durante muchos años se rumoreó que mantuvo romances con Hemingway y mitos del cine como James Dean.