MELVYN ARCE RUIZ (@Estenopeica) Redacción Online

Daniel Ruiz, ex baterista de bandas como Space Bee y Zen, decidió emprender un proyecto en solitario y grabar sus canciones con ayuda de algunos amigos. Sin embargo, cuando llegó el momento de la primera presentación que iba a ser en el programa web ShuffleboxTV, los músicos que lo acompañarían le fallaron. A uno le salió una tocada donde sí le pagaban y al otro le dio un colapso nervioso un día antes de la grabación. Daniel se había quedado solo, furioso y con muchas ganas de tocar. Me dije: Al demonio con todo y fui donde Andrés Bretel, el que nos iba a grabar, a decirle que yo tocaba todos los instrumentos que necesitábamos y que lo haría yo, sin nadie más. Y, ya pues, grabé yo solo en el estudio Lady Train de Manuel Valencia. Así nació Daniel The Dead End, la banda en la que Daniel es guitarrista, bajista, baterista, cantante y compositor y con la que presenta This Aint Background Music, un disco que querrás oír desde el principio hasta el final y que constituye uno de los mejores lanzamientos nacionales del 2013.

¿Por qué estas canciones no las tocaste con Space Bee?, ¿por qué dejaste la banda? Porque hacer escuchar tu idea cuando hay cinco personas más es muy complicado. Yo tenía una manera de ver las cosas y ellos otra. Pero no estoy hablando de la parte musical, porque allí éramos muy afines, sino de temas relacionados a la administración de la banda. Por ejemplo, uno decía: Vamos a hacer un disco. Algunos estaban de acuerdo, otros no. Ese era el problema. Decías: Vamos a viajar. Y eran tantos diciendo que sí contra otros argumentando que no. Llegó un punto en que la situación se volvió insoportable. Yo tenía estas canciones que eran para que las cante Aldo Rodríguez, pero era como que yo quería ya hacer otras cosas y la gente estaba todavía en lo anterior. Algunos sí me seguían y otros no, pero entonces se fue todo un poco al carajo. Además en Space Bee pasaba que todos los miembros eran líderes. Era una dinámica bien extraña, porque todos son compositores, todos son arreglistas, todos saben algo de producción, todos tocan batería, guitarra, bajo… todos cantan. Entonces lidiar con eso, con el ego de tantas personas tan talentosas, era un problema.

¿Y cuál era esa idea que querías llevar a cabo y que no podías acordar con los Space Bee? Desde hace años tenía la idea de irme a vivir afuera con la banda. De hecho, era un plan del que habíamos hablado pero que no se concretaba nunca. Eso me molestó muchísimo. Quería alquilarme una van e irme a donde tuviera que irme, pero algunos estaban preparados y otros no. Al final colapsó la cosa. Les dije: “Me voy porque yo sí quiero esto”. Ese fue uno de los grandes motivos.

¿Por eso las canciones en inglés? Es decir, aunque en Space Bee también las letras y el nombre del grupo eran en otro idioma, Daniel The Dead End incluso tiene su web en inglés, ¿es porque apuntas más hacía un público extranjero? En verdad no. El tema del idioma es bien orgánico para mí. El inglés lo tengo desde muy chico metido en la cabeza. Lo aprendí de pequeño, viví de los 18 a los 20 años en Canadá, tuve muchos amigos gringos… pero más allá de eso, el 99% de música que escucho viene de Estados Unidos o Inglaterra. Entonces es natural que me salga ese estilo, porque creo que la música en inglés es un estilo. Yo no creo que el rock en español sea rock. Es rock en español. Es otra cosa. Tiene otro sonido, otros cánones. Yo tengo rock en español también, pero no tengo suficientes canciones como para ponerlas en un disco. Así que no, no hay una intención marquetera, sino artística. Es lo que me sale.

¿Qué instrumentos tocas? Empecé con la guitarra, pero también toco bajo, batería, teclado aunque soy muy malo y algo de armónica.

¿Y desde cuándo compones? Empecé cuando tenía trece años. Compuse una canción horrible. Mejor dicho, una canción horrorosa e inmostrable que hablaba del fin del mundo. Me pareció tan mala que dejé de componer durante mucho tiempo. Cuando cumplí 18 años y me fui a Canadá y me volví ateo y me quedé sin amigos, empezaron a salir canciones que me gustaban. Pasaron dos o tres años de maduración como compositor hasta que llegué a Space Bee. De allí hasta este punto han pasado unos seis años más.

Y esta es la primera vez que cantas, ¿fue fácil? No, en realidad, la preproducción del disco duró como dos años por eso: porque yo no sabía que podía cantar. Había hecho coros en Space Bee pero nunca fui primera voz ni frontman. Y yo estaba convencido de que no era cantante porque en mi adolescencia temprana mi mamá una vez me dijo: “Tú eres un buen guitarrista y tu hermano es un buen cantante”. Eso me quedó marcado, me acomplejó mal. Entonces fui instrumentista durante toda mi vida musical hasta hace dos o tres años que empecé a aceptar mi voz. Hacía demos y se los mandaba a mis amigos para preguntarles si les parecía que estaba cantando bien o cómo podía mejorar. Así fui evolucionando. Me metí a clases y redondeé un poco más la cosa. Ahora me escucho y ya no me molesta, pero todavía lidio con ella. Es que yo componía para un cantante extraordinario como Aldo Rodríguez. Él es un cantante increíble, fácil la mejor voz de rock del Perú. Y componía para él, en tonos altísimos. Yo no tenía una voz propia. Creo que siempre ha sido así, he compuesto como para otros. Cuando no tenía una banda ni cantante, por ejemplo, componía para Bono, para Cerati, para Mercury, para Cobain, porque no tenía una voz propia. Aceptar mi voz y empezara a componer para mí mismo ha sido todo un viaje.

¿Por qué el disco se llama “Esto no es música de fondo”? Es un manifiesto (risas) He ido a mil y un conciertos en Barranco y la gente habla todo el tiempo. Si estás tocando un tema acústico, te jodiste porque no te escucharán. Entonces yo me digo, ¿para qué carajos van a un concierto? Es un concierto, no es un happening o una reunión. A mí me parece extraordinario que la gente no se dé cuenta de eso. El pata está cantando y tú has pagado una entrada o has sido puesto en lista y ¿tú estás hablando? Si no estás yendo a escuchar, ¿a qué estas yendo? Hay otros lugares donde puedes tomar y hablar o hacer lo que quieras. En los conciertos internacionales pasa lo mismo. En el de los Guns N Roses había dos tipos delante mío que estuvieron hablando todo el tiempo hasta que tocaron Sweet Child OMine.

Cuando les ha tocado ser teloneros, ¿les ha pasado lo mismo? No, la gente respondía bien a Space Bee. Teníamos un grupo de gente que nos seguía y que le gustaba nuestra música, pero lo que yo quiero decir no es que alguien esté en la obligación de escucharme, sino que si estás en lo que es el equivalente a mi casa, tienes que seguir ciertos protocolos. Si vas a una galería de arte y ves un cuadro que no te gusta, no vas a orinarte en el cuadro. Te vas y punto. Es lo mismo si vas a un concierto y no te gusta. Te vas y no te quedas hablando y siendo un parásito porque si lo haces estás arruinándole la experiencia a la gente que sí le gusta. El problema es cuando se lo dices a la gente y se molestan y te califican de snob o rockstar. Así que el nombre del disco es eso: un manifiesto, decirte esto sí no es música de fondo, carajo.

¿Vas a llevar tu disco a las radios? No, yo estoy en contra de las radios. Completamente. Si quieren pasarme, que me pasen. Pero yo no quiero saber nada de ellos. No voy a ir a tocarles la puerta a decirles_Por favor, pásenme. Me ha ido muy mal con las radios, me han hecho hacer giras de conciertos gratis con la promesa de que me van a hacer sonar y no he sonado. Con gente así no puedes realacionarte, son gente a la gente no les importa la cultura, solo ven sus numeritos. Cualquier persona que sea así de estúpida no merece mi respeto.

EL DATO Puedes escuchar aquí “This Aint Background Music”, el disco debut de Daniel The Dead End. El álbum está a la venta únicamente por plataformas web, no existe un formato físico. Puedes adquirirlo a través de iTunes.