Su nombre es Rodolfo Cáceres, pero por una cuestión de actitud se presenta como una banda: Wolves as friends. El concepto de este proyecto musical nació a inicios del 2012 y a finales de ese año viajaba a Estados Unidos para trabajar en la producción de un EP junto a dos grandes de la escena internacional: Tim Palmer, el mismo que mezcló discos emblemáticos como el Ten de Pearl Jam, y Howie Weinberg, que masterizó el Nevermind de Nirvana. Small Goodbyes es el nombre de este primer trabajo, un disco de muy alta calidad que ya lo ha llevado a una mini gira por Estados Unidos y Canadá.
¿Por qué te presentas como una banda siendo tú el único integrante? Es que siempre me ha gustado la mística que te da una banda. O sea, puedes transmitir un concepto más que una imagen. Yo no quería que fuera solamente mi cara “vendiendo” un producto. Se perdería la onda. La gente se podría enfocar en algo irrelevante como la imagen y no en la música. Dar la cara es una consecuencia de tener que hablar de la música, pero no es el foco. Además, personalmente, es medio raro. Tu nombre se convierte en una entidad y hasta tienes que hablar de ti en tercera persona (risas).
En el disco y en los shows en vivo tienes músicos de apoyo En el disco el 90% de las guitarras las grabé yo. La otra parte las grabó Giovanni Rossi, el productor del álbum. El piano fue de Pepe Céspedes y las percusiones de Gigio Parodi. Los bajos y las voces también las grabé yo. En vivo también me acompañan otros músicos. Somos seis. Me parece que hay que traducir lo hecho en el disco en los shows en vivo. Me he presentado en formatos acústicos, pero me gusta que la gente escuche las canciones como suenan realmente.
¿Por qué el nombre? Es un juego de palabras por un apodo que tenía de chico. Me decían “wolf”. Todavía me dicen “wolf”; aunque los que llaman así creo que no saben que me llamo Rodolfo. Además de eso, me gustaba la dualidad del significado de la frase, el tener “lobos por amigos”. O sea, te pueden proteger pero tampoco sabes cómo pueden reaccionar contigo mismo. Eso me recuerda a algunas amistades que tuve (risas). Igual había pensado en otros nombres, pero me gustaba más cómo sonaba Wolves as Friends.
¿Qué nombres tuviste en mente? Me gustaba Hope and the Universe, pero mis amigos me dijeron que sonaba a una chica que se llaman Hope y que tenía una banda que se llama The Universe.
Estuviste dando conciertos en los Estados Unidos y Canadá. ¿Cómo se dieron esos shows? Me invitaron al Canadian Music Week y me dije: “si ya estoy yendo para allá, ¿por qué no armar algo más grande?”. Entonces empecé a mandar mails. Todos los días me despertaba y mandaba correos que decían: “¿Qué tal? Sé que no saben quién soy, pero acá está mi música. Ojalá les guste”. La mitad me respondía. La otra no. De la mitad que me escribían algunos me decían que sí y otros que no. Fue reduciéndose la lista, pero salieron buenos shows. Igual ya tenía los tres shows de Canadá.
¿En qué ciudades estuviste? Estuve en Nueva York, toqué cinco veces. Ahora volveré a Los Ángeles para dejar mi disco para que lo pongan en las radios de los Estados Unidos.
La iniciativa es básica Es que acá no hay ese link que te puede dar una disquera de contactarte con los contactos que tienen en el extranjero. Si quieres tocar fuera, tienes que buscártelo tú. Hay gente que por no intentar no obtiene resultados. No es tan difícil tampoco. Si les gusta tu música, te van a poner. A mí me dijeron: “¿Cuánta gente te puedes traer a este show en Nueva York”? Y yo respondía que no muchos porque no era mi ciudad. Ellos decían: “Ya, me voy a arriesgar contigo”. Ese tipo de cosas suceden si les gusta algo: e arriesgan así sepan que no les va a llevarr mucha gente.
¿Hace cuánto estás en la música? Empecé a tocar bajo en serio a los 12 años. Ahora tengo 27. Como cantante he empezado hace cuatro o cinco años. Este es mi segundo proyecto como cantante, también tengo una banda llamada The Intermission.
¿En qué otras bandas has estado? Más que nada bandas de metal. Estuve en Aevum cuando se llama Absoluto. Tuve une banda que se llamaba Ambush, pero no pasó nada, y también toqué en Hellium, una banda de trash.
¿Por qué el cambio tan radical de sonido? Siempre me gustó el pop. Es la parte más simple de la expresión musical. Yo pasé hasta por el progre, pero creo que busqué en los lugares equivocados cuando en realidad lo que quería era todo eso que estaba detrás de tanto adorno. Las canciones que hago ahora son simples y súper cortas. Creo que es lo mejor si quieres que alguien te escuche. El mensaje se vuelve ruido si lo decoras mucho.
¿Qué escuchas ahora? Me he pegado al nuevo disco de Vampire Weekend. También me gustan Ben Howard y John Mayer.
¿Y el metal? Todavía me gustan bastantes cosas. Me gusta mucho Lamb of God, por ejemplo.
¿Cómo planeas mover el disco acá en el Perú ahora que no pasan rock? Por haber crecido en una época en la que ya era muy difícil que te den pelota las radios, ya ni siquiera me nace eso de ir a tocar la puerta a ver qué onda. Voy a tener que arrearme hacerlo, aunque de alguna forma no siento que sea relevante ahora. Yo creo que la difusión por Internet, el boca a boca y sobre todo tocar lo mejor que puedes es lo mejor que puedes hacer. Hoy cualquiera puede hacer un disco que suene bien si le metes bastante autotune… por eso el en vivo es la mejor forma de difusión.
EL DATO Puedes ver más de Wolves as Friends en su Facebook oficial. El EP está disponible para su escucha gratuita aquí.