Gustavo de la Torre y Alonso García son una dupla de polos opuestos que convergen extrañamente bien. Mientras Gustavo es el soñador que parece creer que nada es imposible, Alonso es el que intenta traerlo a tierra, aunque a veces dejarlo volar le ha dado grandes sorpresas.

Un día, por ejemplo, cuando decidieron (medio en juego y medio en serio) empezar una productora a la que llamarían Pasaje 18, Gustavo de la Torre llegó decidido a hacerle un video a una de sus bandas favoritas: No Use for a Name.

Voy a escribirles, le dijo Gustavo a Alonso, quien le respondió con sarcasmo: Sí, claro, de hecho te responden. Gustavo mandó el mail a Fat Wreck, el sello discográfico del grupo, y a los minutos tenía una respuesta: Le reenviaremos tu correo a Tony Sly. Minutos después, otro mail: Tony, de No Use aquí. Estamos interesados en hacer el video. Haznos saber qué necesitas de nuestra parte, por favor.

A nosotros nos funciona eso de arriesgarnos, dice Gustavo. Hasta ahora Gustavo me sorprende, añade Alonso. Viene y me dice que le escribirá a No Use for a Name, yo creo que no le harán caso y allí está el video. Viene y me dice que le escribirá a Café Tacvba y yo, otra vez, que no le responderán y allí está. Pasa. Soy un poco negativo, pero es paja sorprenderse, resuelve Alonso.

¿Y cómo se da exactamente el contacto con Café Tacvba? Gustavo: Les enviamos una propuesta por medio de un amigo para la canción Tan mal. Nos respondió Rubén (Albarrán, el vocalista del grupo) diciendo que le había gustado la idea y que la iba a conversar con la banda. Luego dijo que habían acordado con todos que haríamos el video, pero del segundo single: Olita del altamar. Todo eso se dio dos semanas antes de saber que ellos iban a tocar en Lima. Hemos producido en ese tiempo para poder resolver el tema de la grabación.

¿Cómo trabajaron el concepto del video? ¿Cuánto tuvo que ver la banda en ello? Gustavo: Bastante. Entre Rubén y yo armamos el guión del video. Siempre pensamos en grabar en playa y acantilado, pero Paracas no estaba en el plan. De hecho nos enteramos que ellos querían grabar allá un día antes. Llamaron desde Ecuador diciendo que habían visto una foto de Paracas en una revista y que ese era el lugar que querían.

Alonso: Tuvimos que contactar al INC en una, ver lo del permiso para grabar en la reserva, mover toda la producción que se había hecho para grabar en Lima. Fue épico. Los del Sernanp nos ayudaron bastante.

¿Cuánto tiempo les tomó armar el guión? Gustavo: Una semana porque ellos querían solo este concepto de la banda tocando. Lo que demoró un poquito más fue crear el trasfondo. Al inicio queríamos hacerlo con Yuyachkani, pero por la movida a Paracas ya no se pudo. Entonces vimos lo de los sicuris, que en el video son el Conjunto de Música y Danzas Autóctonas Qhantati Ururi de Conimalos, y el arreglo de ellos tocando la canción con sus instrumentos.

¿Cuánta gente ha estado involucrada en la producción? Alonso: El equipo ha sido de unas treinta o cuarenta personas. Tramitar todo eso fue un chambón. Empezamos el día recogiendo al sonidista de la banda en el hotel a las seis de la mañana. Luego con todo el equipo técnico viajamos a Paracas. Llegamos al mediodía y ni bien tocamos suelo, empezamos a grabar. No había tiempo que perder. Lo bueno es que todo estuvo lleno de buena onda por parte de ellos. Todo fluyó muy bien. Uno podría pensar que en ese nivel de profesionalismo musical ellos serían diferentes, pero nada que ver. Todo fue bien sencillo, simple y divertido.

¿De cuánto fue la inversión? Gustavo: Son temas confidenciales por el tema de la disquera, pero ha sido bastante. Imagínate no más cuánto cuesta llevar a cuarenta personas a Paracas Date una idea.

Alonso: Ha sido nivel profesional. Nada improvisado ni criollazo. Ha sido como se debe hacer un video profesional en cualquier medio. Y de hecho cobramos más de lo que habíamos cobrado en cualquier video anterior.

En el Perú hay gente que no entiende que un video implica una inversión Alonso: Hay gente que nos escribe para hacer videos y cuando ven el presupuesto para pagarle al equipo, dicen que no porque creen que es lo mismo que lo haga su amigo que estudia comunicaciones en un instituto. Hazlo con él si quieres, pero vas a ver que hay diferencias desde el concepto y la realización. Hay gente que no valora el esfuerzo de hacer un video, porque no es cualquier cosa tampoco.

¿Cuál es el costo promedio? Alonso: Depende. Hemos hecho videos que van desde los 3 mil hasta los 6 mil dólares, y solo en cuestiones de equipo, sin contar sueldos.

¿Con qué otras tras bandas estarán trabajando en el año? Gustavo: Tourista, 6 Voltios y también estamos en conversaciones con bandas de afuera interesantes, pero no podemos adelantar mucho. A nivel de costos el Perú es un país donde la realización no es tan cara como en países como México, por ejemplo. Creo que luego de lo de Café Tacvba hemos abierto una comunicación con otro mercado y eso nos permitirá generar un nexo para trabajar más cosas aquí. Y no solo para nosotros, hablo de generar algo para la industria audiovisual peruana y que esta crezca.