Cathy Boone es una mujer de Astoria, una ciudad en el estado de Oregon, Estados Unidos. Ella murió en la calle, sin un hogar, ni dinero, y desconociendo que era la heredera de una pequeña fortuna que hubiera hecho mucho más fáciles sus últimos días de vida, o talvez hubiera podido salvarla de la muerte.
MÁS INFORMACIÓN: Dona su riñón a la expareja de su esposo dos días después de su boda
Durante su vida, Cathy luchó con problemas de salud mental y abuso de drogas. Ella murió a los 49 años en enero de 2020, sin reclamar los casi US$900.000 que el estado tenía guardados a su nombre, de acuerdo con un video viral en YouTube.
“Simplemente no tenía ningún sentido para mí. Ese dinero estaba ahí, y ella necesitaba ayuda”, señaló Jack Spithill, el padre de Boone a medios de Oregon. “Tuvo una vida difícil, pero cuando era buena, era realmente buena”, explicó Spithill.
Boone era asidua visitante del Astoria Warming Shelter, un refugio para personas sin hogar. A diferencia de la mayoría de los visitantes que dormían con su ropa, Boone hacía un esfuerzo para ponerse el pijama por la noche, revelaron sus compañeros del albergue.
“Ella era una persona especial en lo que a mí respecta”, recordó Donny Holder, quien a menudo compartía cigarrillos y café con Boone y conserva fotos de ella envueltas en una bolsa ziploc en el bolsillo de su abrigo. “Me enamoré de ella”, indicó.
Amigos y conocidos de Boone revelaron que no tenían ni idea de que ella fue heredera de una pequeña fortuna. Luchó por sobrevivir, como muchos otros que vivían sin techo en situación de calle.
“Lo atribuyo casi todo a las drogas, pero creo que ella también tenía algunos problemas de salud mental y la combinación de ambos no le funcionó muy bien”, explicó Spithill.
Durante varios años, Boone se ofreció como voluntaria en la ONG Sisters of The Road Café en Portland antes de mudarse a Astoria, donde vivía su madre. En 2016, la madre de Boone, Patricia Lupton, falleció. Según su padre, esto fue determinante para que Cathy recayera en el abuso de drogas.
Los registros judiciales muestran que después de la muerte de su madre, un abogado y un representante personal asignado al patrimonio de su madre intentaron localizar a Boone.
Publicaron anuncios en el periódico, le enviaron mensajes a través de Facebook, enviaron correos electrónicos a miembros de la familia e intentaron comunicarse con Boone por teléfono. Incluso un investigador privado fue contratado para ubicar el paradero de Boone sin éxito.