Un hombre de 30 años descubrió que tenía una enfermedad cardíaca después de pedir prestada una pulsera inteligente. (Foto: Referencial / Pixabay)
Un hombre de 30 años descubrió que tenía una enfermedad cardíaca después de pedir prestada una pulsera inteligente. (Foto: Referencial / Pixabay)
Jorge Villanes

Un hombre de 30 años descubrió que tenía una cardíaca después de usar el reloj inteligente de su amigo. Ryan Gabb, de Wrexham, en el norte de Gales, descubrió que tenía una frecuencia cardíaca superior a los 100 latidos por minuto, el extremo máximo del rango saludable, después de colocarse el .

Gabb había sufrido síntomas similares a los de la gripe y dificultad para respirar y quería observar más de cerca su frecuencia cardíaca. Los datos de la pulsera inteligente Fitbit que le prestaron lo impulsaron a ir al hospital, donde las pruebas revelaron que tenía una miocardiopatía dilatada, una enfermedad del músculo cardíaco, señala el medio .

Esta afección impide que el órgano bombee sangre como debería, lo que aumenta el riesgo de insuficiencia cardíaca y coágulos de sangre. Afecta a millones de personas alrededor del mundo y, si no se trata a tiempo, puede provocar la muerte.

Los médicos realizaron una cirugía de emergencia para colocarle a Gabb una bomba cardíaca y le dijeron que necesitaría un trasplante de corazón. Lleva casi cuatro años en lista de espera y tuvo que dejar su trabajo tras ser diagnosticado con la enfermedad.

“Me había estado sintiendo mal durante algunas semanas, solo cansancio general y síntomas de tipo gripal que no podía quitarme de encima”, dijo el hombre, según consigna el citado medio. “Estaba empeorando gradualmente y también comenzaba a quedarme sin aliento. Sabiendo que algo no estaba bien, tomé prestado el Fitbit de un amigo para verificar mi frecuencia cardíaca y estaba por encima de 100″.

“El médico de cabecera me envió directamente al hospital local, donde me dijeron que tenía una miocardiopatía dilatada y que probablemente necesitaría un trasplante de corazón”, agregó. “No podía creer lo que estaba escuchando y estaba en completo shock, sabía que no había estado bien, pero no esperaba algo tan grave”.

Si bien Gabb se encuentra estable en este momento, no puede pasar por alto la preocupación que le genera el depender de aparatos electrónicos: “Estoy bastante bien en este momento con el LVAD (dispositivos de asistencia para ventrículo izquierdo), pero esperar un trasplante puede ser difícil, hay una necesidad constante de tener mi teléfono conmigo y necesito un suministro de electricidad regular para que mis baterías puedan cargarse”, explica.

“La preocupación por los cortes de energía siempre está en el fondo de mi mente. Espero que el próximo año pueda traer algo de normalidad y también espero que más personas hablen sobre la donación de órganos con sus familias y registren su decisión”, añadió.

¿Qué es la miocardiopatía dilatada?

La miocardiopatía dilatada causa que el músculo cardíaco se estire y se adelgace, de modo que no pueda contraerse adecuadamente para bombear sangre por todo el cuerpo.

Las víctimas tienen un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca, problemas de válvulas, latidos cardíacos irregulares y coágulos de sangre.

La condición puede heredarse o desencadenarse por presión arterial alta no controlada, un estilo de vida poco saludable y una infección viral.


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