Los hisopos (también conocidos en otros países como bastoncillos, cotonetes, varitas, varillas de papel, o copitos) ya son parte de la vida diaria, pues muchísimas personas suelen utilizarlos para limpiar la parte externa sus oídos. Sin embargo, es importante saber cómo usarlos para evitar lesiones.
De hecho, una investigación del Nationwide Children´s Hospital, de Estados Unidos, encontró que unos 12 mil 500 jóvenes de 18 visitan cada años los servicios de emergencias de los centros médicos por heridas en el oído relacionadas con el uso de estos bastoncillos.
“Los pacientes con frecuencia creen que al limpiar el oído con hisopos, clips de papel, velas o cualquier número de cosas inimaginables que se usan, están previniendo que se acumule la cera en los oídos. El problema es que este esfuerzo por eliminar el cerumen solo crea nuevos problemas porque la gente acaba empujando la cera hacia el interior y bloqueando el canal auditivo”, aseguró el especialista Schwartz, uno de los autores de una guía clínica para la higiene del oído publicada por la Academia Estadounidense de Otorrinolaringología.
Cómo reutilizar hisopos y evitar desperdiciarlos
Ahora bien, los hisopos pueden ser usados para realizar otras tareas en casa que quizás desconocías. Por eso mismo, en las siguientes líneas desde Mag te damos algunas ideas para aprovecharlas al máximo.
Limpia el teclado
Utiliza los hisopos para eliminar el polvo de las zonas estrechas del teclado de la computadora. Primero, debes pasar un cotonete seco sobre las líneas de esta superficie. Tras quitar el polvo, agarra otro hisopo, remójalo con un poco de agua destilada y limpia nuevamente las áreas estrechas. De esta manera, el teclado estará como nuevo.
Quita el esmalte
Aunque no parezca, limpiar las imperfecciones del esmalte es uno de los mejores usos de los hisopos. Para hacerlo, solo necesitas remojar la punta del bastoncillo con una cantidad suficiente de acetona. Recomiendan pasar cuidadosamente por el área manchada de la piel hasta corregir.
Repara cremallera atascada
Otra forma de aprovechar los copitos es utilizarlos para arreglar fácilmente una cremallera atascada. Tienes que lubricar el cierre con la ayuda de un hisopo bañado en aceite y empujarlo para repararlo.