En los últimos años las personas que no están conformes con su estatura están optando por costosas y dolorosas cirugías: el alargamiento de piernas. En Estados Unidos (USA) un fisicoculturista recurrió a este método para encontrar la proporción perfecta de su cuerpo y ser más alto que su esposa.
Brian Sánchez, un hombre originario de Georgia, Estados Unidos, medía poco más de 1.80 y, para muchas personas, podía ser considerado un hombre alto. Sin embargo, este corredor de hipotecas de 33 años y culturista, sentía que su cuerpo estaba “desproporcionado” y que parecía un “enorme pulgar”.
En enero del 2022 consideró que sus piernas eran “demasiado cortas” para su cuerpo, tras una serie evaluación, y trató buscar ayuda de especialistas.
“Soy ancho, tengo brazos largos y soy ancho, pero mis piernas cortas me hacen lucir diferente, casi parezco un pulgar enorme, como esos hombres pulgares de Spy Kids”, dijo en declaraciones que reproduce Daily Mail.
Luego de investigar en internet, se dio con la grata sorpresa que podía alargar sus piernas mediante una cirugía y, para ello, debía trasladarse a Turquía. No lo pensó dos veces y se contactó con la clínica Live Life Taller, donde se sometió a su primera operación.
El doloroso procedimiento le costó al estadounidense más de 40 mil dólares y consistió en alargar la tibia y el peroné para colocar una especie de “varilla”.
Brian tardó en recuperarse dos meses y medio, tiempo en el que permaneció en una silla de ruedas.
En febrero los médicos le quitaron al culturista fijadores externos de la tibia y un mes después se sometió a una segunda cirugía. En total, gastó más de130 mil dólares, pero asegura que valió la pena.
“En realidad me sentí muy bien después de mi procedimiento de fémur, y casi no sentí dolor durante todo el proceso, solo por el alargamiento de las piernas”, indicó.
Quería ser más alto que su esposa
Después de las operaciones, Brian Sánchez pudo crecer más de 9 centímetros y en la actualidad mide casi 2 metros.
El padre de dos hijos también quiso ganar más estatura para mejorar sus objetivos de levantamiento de pesas, como parte de sus rutinas como culturista, y ser mucho más alto que su esposa Nidia (30), que mide alrededor de 1.75 m.
“Mi esposa es bastante alta, solo estábamos separados por unas tres pulgadas (7 cm y medio), pero una vez que esté completamente recuperado, habrá una diferencia de nueve pulgadas y media”, dijo.
“Va a ser muy agradable poder abrazarla y tenerla hasta el fondo de mi pecho en lugar de estar casi a la altura de los ojos”, agregó.