Sin lugar a dudas, la naturaleza puede sorprendernos, pero también aterrorizarnos, tal y como sucedió con un hombre proveniente del Reino Unido, quien grabó el preciso momento cuando se produjo una avalancha desde un nevado que se aproximaba a toda velocidad hacia él. El impactante momento fue compartido en redes sociales como Instagram donde no tardó nada para convertirse en tendencia.
Escapando de la muerte
Harry Shimmin, el turista inglés, se encontraba conociendo la naturaleza de Kirguistán (país de Asia central) cuando, de pronto, nota que a lo lejos se está provocando un brutal deslizamiento de nieve, el cual conforme va descendiendo aumenta en velocidad.
El hombre, en vez de ponerse a cubierto continuó grabando el impresionante momento, quizás la adrenalina pudo más que su instinto de conservación, pero, en vez de esto, continuó grabando cómo la nieve se desplaza, cuyo sonido es cada vez más fuerte y aterrador.
Sin embargo, cuando el feroz deslizamiento se encontraba a solo metros de él, con una nube de polvo de blanco opacando la toma, decidió “refugiarse” debajo de unas rocas: “Oh, Dios, oh, querido Dios”, se escuchar decir al hombre en la cinta.
El suceso tuvo lugar el último fin de semana en las montañas Tian Shan del país centro asiático (que a inicios de la década de los 90´s esta nación declaró su independencia de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), producto del colapso de un glaciar, el cual provocó el desprendimiento de rocas, hielo hacia el acantilado.
El testimonio de Harry Shimmin
Shimmin comentaría qué se encontraba haciendo cuando tuvo lugar la avalancha: “Mientras estaba tomando fotografías. Escuché el sonido de un profundo hielo rompiéndose detrás de mí. Ya había estado allí durante unos minutos, así que sabía que había un lugar para refugiarme justo a mi lado”, escribió en la publicación de Instagram que tiene más de 1.1 millones de reproducciones hasta el momento.
Asimismo, el inglés nos cuenta que se encontraba en medio de una visita guiada por el campo al lado de 8 de sus compatriotas y una estadounidense, pero que, al momento del desplazamiento de nieve, estaba separado de este grupo.
“Detrás de la roca era como estar dentro de una ventisca. Una vez que terminó, la adrenalina me golpeó fuerte. Solo estaba cubierto por una pequeña capa de nieve, sin un rasguño”, una suerte que no tuvieron algunos del grupo, pues dos de estos sufrieron heridas, al punto que la estadounidense tuvo una de profundidad por la cual fue llevaba al centro médico más cercano (a tres horas) llevada a caballo, para luego volver a los Estados Unidos para poder recuperarse de la mejor manera.
“Soy muy consciente de que corrí un gran riesgo. Me sentí en control, pero a pesar de todo, cuando la nieve comenzó a caer y se oscureció me costó respirar, estaba tapiando y pensé que podría morir”, sentenció Shmmin.