Redacción Mag

Hay algo que puede irritar a la mayoría de personas y esas son las llamadas de las empresas para promocionar sus productos o servicios. Pero, ¿qué pasa cuando es al revés? ¿y si alguien bombardeara de llamadas a una de estas compañías? En Japón, un jubilado de 71 años terminó detenido por haber llamado más de 24.000 a su operadora de telefonía a lo largo de dos años para quejarse de la mala calidad del servicio.

En octubre, Akitoshi Okamoto llamó 441 veces en una semana a su operador de telefonía para quejarse de que no podía escuchar la radio desde su smartphone. De acuerdo a la compañía KDDI, durante los dos últimos años han recibido un promedio de 33 llamadas diarias de este hombre. Hasta ahora, no habían hecho nada al respecto, pero ahora lo han denunciado por “una obstrucción fraudulenta de su negocio”. La historia es en .

Okamoto afirma que se considera una víctima. Sus cerca de 24.000 llamadas han generado todo un debate en las redes sociales. Por un lado, hay personas que creen que el operador de telefonía KDDI podría haber manejado mejor el caso. Por otro lado, están los que creen que el hombre exageró con tanta llamada para quejarse y que lo sucedido no es un comportamiento normal de una persona.

El caso de Akitoshi Okamoto es un ejemplo extremo de un problema que empeorará en Japón en los próximos años. Debido a una población cada vez más envejecida, los gigantes de la tecnología tienen que dedicar más tiempo a educar a las personas mayores y también a ayudarles con tareas tan cotidianas como el envío de correos electrónicos o la suscripción a servicios de streaming.

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