El segundo cónclave del tercer milenio comenzó hoy después de que se cerraran las puertas de la Capilla Sixtina, en la que 115 cardenales electores de 45 países elegirán al sucesor de Benedicto XVI.
El maestro de ceremonias del Vaticano, Guido Marini, pronunció el extra omnes (fuera todos), instando a salir del templo a los que no participen directamente en la elección papal. Después, el propio Marino cerró las puertas, dejando fuera a las cámaras de televisión que hasta el momento había seguido la ceremonia.
El cónclave comienza sin ningún claro favorito, al contrario de la elección de hace ocho años, en la que el alemán Joseph Ratzinger resultó elegido como Benedicto XVI. Entre los candidatos con mayores posibilidades de salir elegidos, los vaticanistas de la prensa italiana mencionan al arzobispo de Milán, Angelo Scola, y al de Sao Paulo, Odilo Scherer.
El encargado de dirigir el cónclave es en esta ocasión el vicedecano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re. El italiano de 78 años, con larga experiencia en la curia romana, recibió el juramento de los participantes del cónclave, después de que estos realizaran su entrada en la Capilla Sixtina y cantaran el Veni Creator Spiritus (Ven espíritu creador) para invocar la ayuda del Espíritu Santo.
Re sustituye al cardenal decano, Angelo Sodano, quien no participa en la elección por tener más de 80 años. Sodano celebró por la mañana en la Basílica de San Pedro la misa pro eligendo pontifice (para elegir papa), en la que instó a los cardenales a preservar la unidad de la Iglesia y rezó por que elijan poco a un papa que continúe trabajando por la paz y la justicia.
Para el primer día de cónclave, las normas vaticanas establecen un máximo de una ronda de votación, aunque ésta podría no celebrarse.
En cualquier caso, el Vaticano considera poco probable que hoy resulte elegido ya el nuevo papa.