No hace falta ser un estudiante universitario para percibir el fenómeno: en los últimos años Argentina se convirtió en un imán para jóvenes, sobre todo latinoamericanos, que llegan al país para estudiar.
Entre 2006 y 2013 se duplicó la presencia de estudiantes extranjeros en el país, algo que puede verse más allá de las aulas: alcanza con recorrer las calles, los restaurantes y los bares de ciudades como Buenos Aires , Córdoba o Rosario, que concentran la mayoría de las universidades.
Según la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de Argentina el país tiene más de 50.000 alumnos extranjeros en carreras de grado y otros miles cursando posgrados, aunque las cifras exactas aún no han sido publicadas.
Estos números permiten suponer que Argentina es actualmente el país de América Latina con mayor cantidad de estudiantes internacionales.
Se trata de una suposición y no de un dato fehaciente porque es imposible confirmarlo: un representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco ) dijo a BBC Mundo que en la mayoría de los países de la región no hay estadísticas oficiales sobre la cantidad de estudiantes extranjeros.
No obstante, la Unesco sí tiene un dato que revela la magnitud del fenómeno argentino: las cifras más recientes de Cuba –el país latinoamericano que históricamente tuvo mayor presencia de estudiantes extranjeros- muestran que en 2011 había 27.309 alumnos foráneos, una cifra muy inferior a la del país sudamericano.
Según las autoridades argentinas, dos de cada tres estudiantes del exterior son latinoamericanos, y el país con mayor presencia, por lejos, es Colombia.
Los colombianos representan más de un tercio del total de estudiantes extranjeros, afirmó a BBC Mundo Martín Gill, secretario de Políticas Universitarias de Argentina.
INCENTIVOS En una reciente nota titulada “¿Por qué prefieren estudiar en Argentina?”, la edición online del diario colombiano El Espectador afirmó que muchos ciudadanos de ese país optan por Argentina por una cuestión de costos.
“Mientras que en una universidad pública en Colombia un máster puede costar alrededor de $20 millones (US$10.700), en Buenos Aires la tarifa puede bajar más del 50%”, explicó el periódico.
El medio también resaltó las facilidades en la reglamentación migratoria de Argentina.
Liz Olave, una colombiana de 36 años que está en la capital argentina cursando un doctorado en Sociología de la Cultura, dijo a BBC Mundo que, en efecto, las leyes migratorias de Argentina son un gran incentivo para los estudiantes de su país que enfrentan dificultades para obtener visas o residencias en otras partes, en especial Estados Unidos y Europa.
Gracias a los acuerdos del Mercosur en Argentina es relativamente sencillo obtener una residencia temporal que te permite trabajar legalmente en el país, contó.
A través de estos permisos, miles de jóvenes colombianos asisten a las universidades de día, y de noche y en fines de semana realizan trabajos temporarios para cubrir sus gastos. En lugares como Palermo, uno de los barrios más populares de Buenos Aires para la vida nocturna, muchos de los bares y restaurantes son atendidos por colombianos.
Sin embargo Olave advierte que estudiar en Argentina no es tan barato como muchos podrían suponer.
Si bien el costo de la educación es menor, otros gastos, en especial los alquileres, son carísimos así que al final uno termina gastando más o menos lo mismo que gastaría en Colombia, pero aquí se obtiene una experiencia más enriquecedora, afirmó.
GRATUIDAD Martín Gill, el secretario de Políticas Universitarias, admite que la gratuidad del sistema educativo público de Argentina es un gran incentivo para estudiantes de otros países.
La mayoría de quienes vienen del exterior estudian en universidades públicas, confirmó.
Muchos optan por la Universidad de Buenos Aires (UBA), que según un relevamiento realizado por el diario Clarín, en la actualidad cuenta con 12.000 alumnos extranjeros.
Ese crecimiento es muy notorio para quienes asisten a esa casa de estudios.
En nuestro curso la mitad somos extranjeros, dijeron a BBC Mundo dos estudiantes peruanos que cursan una maestría en ingeniería alimentaria en la UBA.
Por su parte, Olave, quien también asiste a una facultad pública (la Universidad Nacional de San Martín), señaló que un tercio de sus compañeros son de afuera.
Cuando llegué a Buenos Aires hace cinco años yo era la única extranjera en mi clase, remarcó.
Según Gill, después de los colombianos, los que más vienen a estudiar a Argentina son bolivianos y ecuatorianos, aunque también aumentó notoriamente la presencia de chilenos.
El funcionario aseguró que la presencia de tantos alumnos extranjeros no es sólo beneficiosa para estos jóvenes, sino que también enriquece mucho la formación de los estudiantes argentinos.
En los últimos diez años el gobierno fomentó la integración latinoamericana como parte de su política exterior. Este fenómeno que se ve en la educación simplemente acompaña ese proceso, explicó.
COSTO Pero ¿representa el alto número de alumnos extranjeros una carga para el contribuyente argentino, que financia a través de sus impuestos la educación pública?
Gill asegura que no. Muchos estudiantes llegan a través de algún programa de intercambio y quienes cursan posgrados pagan por su educación, afirmó.
Además, el funcionario relativizó el peso que representan los alumnos que vienen del exterior: Si consideramos que en Argentina hay 1,9 millones de estudiantes universitarios los extranjeros son muy pocos, aclaró.
Más allá de los costos, muchos sostienen que el mayor atractivo de estudiar en Argentina es la calidad de la educación.
Yo ni pensé en la gratuidad cuando elegí estudiar acá. Vine a la UBA porque es una de las mejores universidades de América Latina y los profesores son excelentes, dijo a BBC Mundo Laura Campos Esquivel, una costarricense de 22 años que estudia Ciencias de la Comunicación.
Según esta joven, en su país le hubiera resultado casi imposible estudiar esa carrera porque la dicta una sola universidad y unos pocos aprueban el examen de admisión.
La universidad pública argentina, en cambio, no tiene examen de ingreso, sino un ciclo básico común que todos deben cursar –y aprobar- durante el primer año, para avanzar en la carrera.
La oferta académica, sobre todo de carreras humanísticas, es un factor que citan muchos a la hora de explicar por qué optaron por venir a estudiar a Argentina.
Pero algo que remarcan todos es el atractivo cultural del país sudamericano.