Los conflictos por mejoras salariales que llevan adelante fuerzas policiales de varias provincias en Argentina persisten en algunos distritos mientras continúan las negociaciones para desactivar las protestas.
Las protestas comenzaron la semana pasada en la provincia de Córdoba (centro), pero se extendieron rápido a Santa Fe (centro), Chaco (norte), Catamarca y San Juan (oeste), Neuquén, Chubut, Río Negro (sur) y otros distritos.
“Claramente es una cuestión salarial potenciada por una negociación en Córdoba que produjo un efecto repetición en otras provincias”, manifestó la ministra de Seguridad de la Nación, Cecilia Rodríguez, al señalar que la responsabilidad en cada caso es del gobernador del distrito.
En la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, oficiales de un cuartel de Infantería se negaron a participar de la operación de seguridad de un partido de fútbol de primera división y protestaron junto a familiares por mejores salariales.
En la provincia de Santa Fe, gobernada por el opositor Antonio Bonfatti (socialismo), policías distritales mantenían piquetes en algunos accesos a la ciudad de Rosario, tercer distrito del país.
El Gobierno Nacional envió a Santa Fe unos 2.000 agentes de fuerzas de seguridad federales en el marco de la acción de un comité de crisis. En tanto, el propio gobernador y el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, realizaron sobrevuelos en Rosario para monitorear la situación.
Las protestas policiales generaron el alerta luego de una ola de saqueos que se produjera en Córdoba la semana pasada con un saldo de dos muertos, un centenar de heridos y 52 detenidos, en el marco de la huelga.
Por su parte, el papa Francisco se comunicó con el arzobispo de Córdoba, Carlos Ñáñez, para manifestar su preocupación por los graves incidentes ocurridos.