La fractura entre los gobiernos de Argentina y Venezuela continúa incrementándose. Este viernes 27 la Fiscalía venezolana determinó que el agente policial argentino detenido desde hace casi tres semanas al intentar ingresar a territorio venezolano será procesado por su presunta vinculación con “acciones terroristas” y rechazó liberarlo, tal como exigió hace unos días el mismísimo presidente argentino Javier Milei.
Argentina acusó al gobierno de Nicolás Maduro de violar los derechos del gendarme Nahuel Gallo, su libertad individual y su dignidad al haberlo detenido sin “motivo legítimo”. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ha calificado la detención como un “secuestro” y anunció que el Ejecutivo argentino solicitará la intervención de instancias y organismos internacionales.
Pero este incidente no solo ha crispado las relaciones entre Caracas y Buenos Aires. Esta semana el asunto se coló también en la política interna de la nación rioplatense.
Traición a la patria: ese es el grueso cargo en la denuncia puesta este jueves 26 por el Gobierno Argentino contra Oscar Laborde, exembajador argentino en Venezuela entre julio del 2022 y diciembre del 2023. El gobierno de Milei ha acusado a Laborde, un político cercano a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, de intentar negociar la liberación de Gallo sin el aval de la Casa Rosada y de “haber traicionado los intereses del país en un caso que resulta de una gravedad institucional inusitada”.
Lo que hizo Laborde fue gestionar, según él por “razones humanitarias”, el envío de una carta de la madre al gendarme retenido en Caracas desde el 8 de diciembre. Lo que irritó al Ministerio de Seguridad argentino es que tal acción “fue realizada en contra de la gestión diplomática” desplegada por las autoridades, “comprometiendo al país al presentarlo como pretendiendo infiltrar un espía en Venezuela e intentando justificar” al chavismo, según el cual Gallo entró irregularmente a suelo venezolano “a cumplir una misión”.
El arresto de Gallo no puede desligarse del caso de los cinco opositores venezolanos asilados en la embajada argentina en Caracas desde marzo, pues según el régimen de Maduro su “misión” tenía que ver con explorar opciones de rescate por la fuerza, ya que no está dispuesto a otorgarles salvoconductos. El Gobierno Argentino lo niega y señala que el agente policial había viajado desde Colombia, donde cumple actualmente sus funciones, y cruzó la frontera terrestre para visitar a su pareja e hijo que residen en Venezuela.
Lo que también ha hecho Laborde es sumarse a las críticas vertidas por la vicepresidenta argentina, Victoria Villarruel (quien lleva una relación muy tirante con Javier Milei), sobre quién dio la autorización para el viaje de Gallo. De acuerdo con el exembajador en Caracas, todo lo sucedido ha sido “bastante irregular” y en ello hay “una responsabilidad muy grande” de la ministra Bullrich. Hace unos días Villarruel dijo que el drama de Gallo “es la consecuencia tristemente obvia” de haberlo autorizado a viajar a Venezuela y que eso jamás debió ocurrir.