La madre de los dos sospechosos del maratón de Boston insiste en que sus hijos son inocentes y que ella no es una terrorista.

Sin embargo, Zubeidat Tsarnaeva está atrayendo cada vez más atención de los medios, después de que funcionarios federales estadounidenses revelaron que las autoridades rusas interceptaron las llamadas telefónicas de la mujer, entre ellas una en la que habla vagamente sobre la yihad (concepto del Islam que describe una obligación religiosa de los musulmanes) con su hijo mayor. En otra conversación habla con alguien en el sur de Rusia que es investigado por el FBI en otro caso, dijeron funcionarios estadounidenses.

En fotos de cuando era joven, Tsarnaeva aparece con una blusa escotada y con el pelo al estilo de una estrella de rock de la década de 1980. Tras su llegada a Estados Unidos procedente de Rusia en el 2002, acudió a una escuela de belleza y daba masajes faciales en un spa suburbano.

Sin embargo, en los últimos años, la gente percibió que había cambiado: comenzó a vestir un hiyab (velo islámico) y a citar rumores de conspiración relacionados con los ataques del 11 de septiembre de 2001, de un supuesto complot contra los musulmanes.

DEFIENDE A SUS HIJOS Tsarnaeva insiste que no hay misterio alguno y se trata solamente de alguien que descubrió una profunda espiritualidad. Y defiende a sus hijos a capa y espada: Tamerlan, muerto en un tiroteo con la policía, y Dzhokhar, herido y capturado.

Es todo una hipocresía, indicó la madre a The Associated Press en Daguestán. Estoy cansada de tonterías que se inventan sobre mí y mis hijos. La gente me conoce como una persona normal, y nunca estuve mezclada en intento criminal alguno, especialmente ninguno relacionado con terrorismo.

En una conferencia de prensa ofrecida la semana pasada en Daguestán con su ex esposo Anzor Tsarnaev, Tsarnaeva apareció abrumada por el dolor en determinado momento, pasando a una actitud desafiante en otro. Ya hablan de que somos terroristas, no soy una terrorista, insistió. Ya quieren que yo, él, y todos nosotros parezcamos terroristas.