Al menos 35 personas murieron y 166 resultaron heridas, 65 de gravedad, por la explosión hoy de un oleoducto en la ciudad costera de Qingdao, en el este de China, informaron las autoridades locales a la agencia oficial Xinhua.
El siniestro se produjo en la mañana (10:30 hora local) en el distrito de Huangdao, cuando unos trabajadores reparaban una fuga en el oleoducto que se había iniciado de madrugada.
El gobierno local ha descartado que se trate de un ataque orquestado, mientras la Administración Estatal para la Seguridad ha enviado a un equipo de trabajo al lugar de la catástrofe para ayudar a los grupos de rescate.
El presidente chino, Xi Jinping, pidió hoy el máximo esfuerzo en la búsqueda de supervivientes, y también urgió a las autoridades locales a que no cejen en sus esfuerzos de rescatar a los heridos, encontrar las causas del accidente y reforzar la seguridad.
El primer ministro, Li Keqiang, emitió un comunicado similar, divulgado por la agencia Xinhua, que por el momento detalla que el incendio aún no ha sido sofocado y que más de un centenar de bomberos trabajan para apagarlo.
EVACUAN LA ZONA Algunos residentes de las localidades cercanas, señala Xinhua, han sido evacuados por miedo a que ocurra una segunda explosión, mientras los hospitales próximos, como el del distrito de Huangdao, están saturados por la llegada de heridos (más de 50, según este centro).
Casi todos los heridos son, por el momento, a causa de la explosión en el oleoducto, propiedad de la mayor petrolera china Sinopec, que destrozó una carretera contigua, esparció restos de cemento y otros materiales a varios metros a la redonda y rompió los cristales de numerosos automóviles cercanos.