La Iglesia copta en Egipto ha sido víctima del conflicto entre los islamistas y autoridades: simpatizantes de los seguidores del presidente derrocado Mohamed Mursi atacaron iglesias y otras instituciones de la minoría cristiana en nueve provincias tras el inicio de la actuación policial en El Cairo.
Según la policía y activistas cristianos, 26 iglesias fueron devastadas en todo el país y 13 resultaron ligeramente dañadas. Los atacantes lanzaron, entre otras cosas, bombas incendiarias contra los edificios.
Después de que la policía comenzara el miércoles a desalojar por la fuerza los campamentos de protesta de los seguidores de Mursi en El Cairo, los extremistas atacaron seis escuelas cristianas y cuatro centros comunitarios.
En Suez una escuela de los franciscanos fue incendiada y en las sureñas provincias de Al Minia y Luxor islamistas destrozaron viviendas, automóviles, negocios y barcos de excursiones por el Nilo pertenecientes a cristianos. En Luxor incendiaron dos plantas de un hotel que pertenecía a un cristiano, aunque no hubo turistas heridos.
Los lugares más turísticos se libraron hasta ahora más o menos de la violencia. Sin embargo, en el balneario de Hurghada, en las costas del Mar Rojo, murió en la noche del miércoles un seguidor de los Hermanos Musulmanes en enfrentamientos entre la policía y manifestantes, informaron las fuerzas de seguridad.
El coordinador del movimiento egipcio contra la discriminación religiosa, Munir Megahed, denunció, antes del inicio de la intervención de la policía en El Cairo, amenazas reforzadas en las últimas semanas contra la minoría cristiana. Los coptos no pueden convertirse en chivos expiatorios, dijo entonces.