Los cinco miembros permanentes con derecho a veto del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reunieron el miércoles en Nueva York para discutir los planes para poner las armas químicas de Siria bajo control internacional mientras Reino Unido, Francia y Estados Unidos hablan sobre preparar una resolución.

Los embajadores ante Naciones Unidas de China y Rusia, así como los de Reino Unido, Francia y Estados Unidos se reunieron por cerca de media hora en la misión rusa en la ONU. Ellos rehusaron realizar comentarios a su salida.

La discusión de hoy ayudó a despejar el camino para la reunión de mañana en Ginebra entre el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, dijo un diplomático del consejo, hablando bajo condición de anonimato.

Otro diplomático dijo antes de la reunión en Nueva York que los enviados no discutirían realmente borradores de una resolución por ahora.

Un borrador inicial de Francia pedía que se entregue un ultimátum al gobierno del presidente sirio, Bashar al-Assad, para que entregue su arsenal de armas químicas o enfrente medidas de castigo. Rusia ha dicho que ese texto es inaceptable.

Diplomáticos dijeron que ha habido otros borradores bajo discusión y que se estaba haciendo un intento para alcanzar una redacción común a la que puedan acceder las tres potencias occidentales. Reino Unido, Francia y Estados Unidos se reunieron por separado previamente el miércoles por el tema.

Rusia, apoyada por China, ha vetado tres resoluciones que condenan al Gobierno de Assad y lo amenazan con sanciones. El Consejo de Seguridad de la ONU de 15 miembros ha estado estancado durante meses por el tema de Siria.

El martes, Siria aceptó una propuesta de Rusia para que entregue sus armas químicas a un ente de control internacional para intentar conseguir una posible prórroga de los ataques militares con los que ha amenazado el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

La propuesta también sirve como una forma de evitar que se repita el ataque con armas químicas del 21 de agosto en los suburbios de Damasco en el que murieron más de 1.400 personas.

Washington y otras potencias occidentales culpan a las fuerzas de Assad por el ataque, mientras que Damasco lo atribuye a rebeldes que luchan por derrocar al Gobierno sirio.

Rusia ha dicho que no quiere una resolución vinculante del Consejo de Seguridad sobre su propuesta en Siria, sino un comunicado presidencial, que es simplemente una declaración del consejo. Diplomáticos occidentales dicen que eso es insuficiente ya que no tendría la fuerza de una ley como una resolución.