José Bretón, el español que asesinó a sus hijos de seis y dos años en venganza contra su ex mujer, fue condenado hoy a 40 años de prisión por un juez del sur del país, después de que un jurado popular lo declarara culpable el 12 de julio en un juicio que despertó gran expectación mediática y social.
El magistrado Pedro Vela, de la Audiencia Provincial de Córdoba, condenó a Bretón a 20 años de cárcel por cada uno de los asesinatos, que el jurado popular dictaminó que llevó a cabo con alevosía y a los que aplicó el agravante de parentesco.
El ex militar, de 40 años, mató a sus hijos Ruth y José, de seis y dos años, y quemó sus cuerpos en una hoguera en la finca que su familia tiene en las afueras de Córdoba, en el sur de España.
Fue la tarde del 8 de octubre de 2011, el día en el que aseguró haber perdido a los niños en un parque de la ciudad andaluza.
VENGANZA INHUMANA Desde ese momento, la policía sospechó de él como responsable de la desaparición, en venganza contra su ex mujer, Ruth Ortiz, que le acababa de pedir el divorcio. La búsqueda de los pequeños se extendió durante meses.
El magistrado decretó que Bretón, que lleva dos años en prisión preventiva, no podrá acceder al tercer grado penitenciario hasta 2031. Le impuso además una indemnización de 500.000 euros para su ex mujer, por el daño moral sufrido, y otras de más de 137.000 y 22.000 euros respectivamente para el Ministerio del Interior y el Ayuntamiento de Córdoba por los gastos de la búsqueda de los niños.
El juez le prohibió además acercarse a su ex mujer y a su madre y hermano, así como comunicarse con ellos de cualquier forma.
SE HALLARON RESTOS DE LOS NIÑOS En Las Quemadillas, la finca de la familia de Bretón, se hallaron restos óseos, pero inicialmente fueron atribuidos a animales. Tiempo después, antropólogos forenses independientes dictaminaron que correspondían a niños con las edades de Ruth y José.
El jurado popular consideró suficientemente probado que esos restos son de los pequeños, aunque de ellos no se pudiera extraer ADN, ya que fueron quemados a muy altas temperaturas, las que se alcanzan en un crematorio. El jurado también consideró probado que Bretón dio pastillas tranquilizantes a los niños para facilitar su adormecimiento total y/o su muerte.
Bretón defendió su inocencia hasta el final del juicio, que se extendió durante un mes y concluyó el pasado día 8. Me parece increíble que no sepamos dónde están mis hijos, dijo entonces, al hacer uso de su turno de palabra al concluir el juicio.